El investigador abordó en su último libro el pasado esclavista de Catalunya y Euskal Herria, y de figuras como los Goytisolo, los Txopitea o Julián Zulueta.
El sistema colonial y esclavista mundial enriqueció a determinadas familias y elites económicas de las naciones imperialistas, y redujo a la mitad de la población a todo un continente, como África. Cambió el mundo, y lo configuró según un orden racial que hoy en día sigue vigente. En un mismo mundo tenemos personas del primer y tercer mundo. 500 años después, ese largo proceso histórico tiene en la desmemoria su principal aliado. De ahí el título del libro Del olvido a la memoria. La esclavitud en la España Contemporánea, de Martín Rodrigo y Alharilla, profesor de Historia Contemporánea de la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona). El libro publicado en 2022 nos sirve como perfecta excusa para conversar sobre ese legado esclavista, tanto en Euskal Herria como en Catalunya.
En tu último artículo publicado hablas de Miguel Primo de Rivera, padre del creador de la Falange, y su relación con el esclavismo, cuando se cumplen 100 años de su golpe de estado.
Es casual, porque lo he descubierto recientemente. Pero lo importante, más allá de casos puntuales como este, es que una parte importante de las elites españolas actuales tiene antepasados que están directamente vinculados con la esclavitud colonial: fueron traficantes de esclavos o propietarios de esclavos en las fincas azucareras o cafetaleras. Y eso no es casual. Ese mundo esclavista impulsó un proceso de ascenso social a muchas familias, algunas de las cuales se mantienen todavía hoy en día en situación de riqueza o poder. Nadie es responsable de lo que hicieron sus antepasados, pero hay que entender que todos y cada uno de nosotros estamos donde estamos en parte por lo que hicieron ellos.
Nosotros somos nosotros y nuestras mochilas.
Exacto. Lo destacable es que la conformación de la burguesía y de las elites políticas y militares españolas acostumbran a tener vínculos con ese pasado colonial y esclavista.
Llega el 12 de octubre, una ‘fiesta nacional’ basada en el inicio de la invasión de otras naciones, y, por tanto, del comienzo del sistema esclavista global que perduró como tal más de 350 años.
No hay imperio sin esclavos. Si hay problemas en torno a la falta de memoria y políticas de memoria sobre a la esclavitud, lo mismo podemos decir sobre el colonialismo. No es solo un caso español, pero es un caso profundamente español. En los últimos años se han publicado libros como Imperiofobia de María Elvira Roca Barea. La autora no es historiadora de profesión, pero reivindica el “glorioso pasado” imperial español. Ha sido un éxito de ventas. Ha tenido mucho eco en los medios de comunicación e incluso en las instituciones públicas que han dado altavoz a sus argumentos. Por otro lado, otros autores, como José Luis Villacañas y su Imperiofilia, o Edgar Straehle, han cuestionado el hilo argumental de esta autora y los hechos en los que se basa para defender esa idea de que “el colonialismo español no estuvo tan mal”. Y de ahí, Nacho Cano dice cosas como que gracias a la llegada de Colón a América Hitler no gano la Segunda Guerra Mundial. Algunos autores producen conocimiento con un objetivo político muy determinado: legitimar un pasado colonial difícilmente asumible acríticamente.
Si algo singulariza a España en comparación con otros países imperialistas es la ausencia de una memoria pública y colectiva sobre el esclavismo y el colonialismo.
Eso es así. La UNESCO estableció en 1997 un primer día de recuerdo de las víctimas del tráfico de esclavos y la esclavitud. En 2006 lo estableció la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esos días nunca se han conmemorado en España. En otros países muchos autores critican la forma en la que se conmemora, pero es que en el Estado español ni siquiera eso, porque no hay nada. Si miramos al ámbito europeo, España y Portugal son dos países que se caracterizan por su negativa. Alemania ha reconocido el genocidio del pueblo herero en Namibia, algunos museos de la Europa Occidental están devolviendo los famosos bronces de Benín, el propio rey de los Países Bajos ha pedido perdón… son elementos meramente simbólicos, pero aquí nada. Y si salimos de Europa, en los Estados Unidos las universidades han financiado estudios para conocer la implicación de las propias universidades en el sistema esclavista y en algunos casos han descubierto que sí, que tuvieron su papel en ello. Eso ha generado programas de becas para la población afrodescendiente de aquellas personas esclavizadas.
En los últimos años los trabajos sobre el tema son abundantes.
El conocimiento por parte de los historiadores de la participación española en el tráfico de esclavos y las economías esclavistas ha aumentado. Y a través de las revistas de divulgación y de la prensa en general estos temas han llegado a la población y ahora hay una sensibilidad mayor que hace diez o quince años, al menos en algunos sectores. Pero, en cambio, los más reacios son justamente las instituciones públicas, tanto en ámbito local, como autonómico o estatal. No han sido capaces de abordar la necesidad de políticas de memoria.
Euskal Herria y Catalunya, en este tema, ¿somos excepción en algo?
En Catalunya ha habido algunas pequeñas acciones, pero todo ha sido muy tímido. En Euskal Herria el punto de partida es peor. Como apunta Óscar Álvarez Gila en el libro, la creencia era que en Euskal Herria no ha habido esclavitud, y, por lo tanto, que los vascos no habían esclavizado nunca a nadie. La realidad es que los vascos como los catalanes, andaluces, cántabros… como todos los súbditos de la monarquía española, estuvieron implicados en el tráfico de esclavos y la esclavitud colonial. Y sí, también las políticas de memoria brillan por su ausencia allí. Ahí está Elcano y la conmemoración de un personaje que trabajó para la expansión imperial de Castilla.
Parece que nos gusta realzar el lado más amable de esos personajes: se remarca el dinero que invirtieron en su pueblo para crear escuelas o residencias, sus capacidades técnicas (estratega, navegador…), su “espíritu emprendedor”, o simplemente se les reduce a “indianos”. Más que historia, parece promoción.
Mira, aquí en Catalunya existen las Ferias de Indianos. Y lo sintomático es que la mayor parte de ellas dependen de las concejalías de turismo y no de las de cultura. Lo cual te indica el tipo de enfoque. Son una excusa para atraer un fin de semana a un turismo de cercanía. Lo que menos importa es el conocimiento en sí. En general, mucho de esos personajes, como apuntas, realizaron labores filantrópicas, benéficas. Esa parte de la historia obviamente hay que estudiarla y conocerla también porque tuvo un impacto y un legado. Pero se esconde o se minusvalora la otra parte. Por eso el título del libro es Del olvido a la memoria, porque en algunos casos se olvida conscientemente y en otros, porque no se explica y entonces no llega a la gente.
Has investigado a los esclavistas catalanes, pero también has indagado sobre personajes vascos como los Goytisolo de Lekeitio.
Hubo muchos vascos implicados en el tráfico de esclavos y la mayoría lo hicieron desde América. Gente como Pedro Nicolás Txopitea, nacido en Mendexa. Él fue el gran esclavista y traficante de esclavos de Santiago de Chile. Y, fíjate, Dorotea de Txopitea, su hija, tiene abierto en el Vaticano un proceso de beatificación como “mujer venerable” porque en su día dedicó capital a obras de beneficencia. El primer barco que va directamente desde Cuba a África en 1792 como comerciante español es de un guipuzcoano llamado Sebastián de Lasa. Un gran traficante del siglo XVIII en Trinidad era Irarragorri de Mutriku. Patricio Satrustegi de Donostia se enriquece en Cuba siendo socio del negrero Marqués de Comillas. Por supuesto, Julián Zulueta. La lista es extensa.
Ahora que nombras al Marqués de Comillas, Antonio López, la estatua en su honor de Barcelona es la única derribada (el 4 marzo de 2018) en todo el estado por su relación con el esclavismo. Tu trabajo sobre él tuvo bastante repercusión.
En agosto del 1936 los anarquistas ya la tiraron por primera vez. Siempre ha habido una memoria soterrada entre los sectores populares. A esa plaza se le llamaba la plaza del negrero. Mi trabajo sobre Antonio López sirvió, en todo caso, para poner de relieve que no era algo inventado o un mito, sino que realmente ese personaje se dedicó al tráfico de esclavos. La plaza donde estaba la estatua hoy se llama Idrissa Dialo, en memoria de ese joven de 21 años procedente de Guinea que, tras ser detenido, murió internado en un CIE. Se logró gracias al trabajo de la gente de la campaña “Cerremos los CIE”, De todas formas, el Ayuntamiento de Barcelona fue valiente en esa acción, pero a la vez ha sido muy timorato en otras. Por ejemplo, la calle Xifré tiene una importancia muy superior a la de Comillas en la historia de la esclavitud colonial. Josep Xifré, nacido en Arenys de Mar, trabajaba el cuero en la Habana y se hizo multimillonario. La cuestión es que no solo él usó personas esclavizadas a su servicio, sino que décadas después su nieto, que heredó su fortuna, también siguió teniendo esclavos. Sin embargo, la calle en su honor se mantiene todavía en Barcelona.
Ante este tipo de visiones críticas del pasado colonial, siempre aparece el presentismo. Es decir, alegar que no se puede mirar, ni por supuesto criticar, el pasado con ojos del presente. ¿Tú qué ojos tienes?
Ese es un argumento falaz. En relación con la esclavitud, desde el mismo momento en que hay personas esclavizadas hay también personas que cuestionan la esclavitud. Ya en la Grecia Clásica, 500 años antes de nuestra era, el mismo Aristóteles –él estaba de acuerdo con la esclavitud– reconoce que ya hay quien se opone a ello. Desde el mismo siglo XVI, cuando empieza el tráfico de esclavos directo entre África y América, hay personas que muestran su rechazo. Desde finales del siglo XVIII el abolicionismo está organizado: existe la Sociedad Abolicionista de Londres, la Asociación de Amigos de los Negros en Paris, en 1810 en los debates sobre la Constitución de Cádiz hay propuestas abolicionistas… El presentismo es el argumento de “mal pagador”. Es una excusa que refleja la impotencia de una mirada reaccionaria. Es una mirada conservadora, que se disfraza acusando al resto de presentismo.
En el libro se aborda la relación entre la trata y la explotación de mano de obra esclava y la futura prosperidad de la burguesía catalana del siglo XIX. Sin ello, ¿podemos entender lo que son hoy nuestras sociedades?
No, está claro que no, ni en Catalunya, ni en Euskal Herria, ni en Madrid... Es evidente tan solo fijándonos en la composición de las ciudades. Yo conozco más el caso Barcelona. El Ensanche se levanta justamente cuando en Cuba surge la guerra de los 10 años. Entonces hay un gran trasvase de capitales y emigración de aquellos hacendados hacia fuera de Cuba, algunos de ellos a Barcelona. Hay una relación de causa y efecto. La Barcelona actual, la Barcelona del Ensanche, no se entiende sin la realidad colonial. Si hacemos un ejercicio parecido para algunas ciudades vascas sucede lo mismo. Las inversiones inmobiliarias de entonces aquí siguen. No podemos entender nuestras sociedades en la actualidad sin tener en cuenta ese pasado colonial y esclavista.
El comercio de esclavos ha sido condenado por la ONU como un crimen de lesa humanidad, lo cual conlleva aplicar los principios de verdad, justicia y reparación. ¿Qué es la reparación?
Hay dos planos: el simbólico y el material. Las reparaciones simbólicas tienen valor porque contribuyen a difundir la idea de que fue un crimen de lesa humanidad. Hay otros sectores que critican este tipo de reconocimientos simbólicos diciendo que son una especie de “el hombre blanco europeo se perdona así mismo”. Yo no lo veo así. Y luego están las políticas materiales, que podrían ser, por ejemplo, financiar proyectos de investigación que nos permitan conocer mejor ese pasado, financiar proyectos educativos que permitan difundir ese pasado, establecer elementos de conmemoración que ayuden a la divulgación, políticas de becas… Desde hace unos años los descendientes de los sefardíes que fueron expulsados en tiempos de los reyes católicos pueden pedir la nacionalidad española. Ese es un elemento ligado a las políticas de memoria, aunque no se exprese así, pero en cierta manera hay una voluntad de reparar algo que ahora juzgamos que fue un error. Entonces, ¿por qué España no se plantea dar la ciudadanía a los descendientes de aquellas personas que fueron esclavizadas de manera legal? Si las leyes de la monarquía española así lo estipulaban, ¿por qué no? Volviendo a Cuba. Es relativamente fácil para los cubanos en la actualidad pedir la ciudadanía española, si pueden demostrar si tienen algún abuelo español. Pero claro, esos son los blancos. Los negros no van a poder beneficiarse de esa ley, lo que allí llaman la ley de abuelos. Eso es una injusticia. Ahí hay una posible vía de reparación, aunque sé que eso es abrir la caja de Pandora, pero lo veo así.
El historiador camerunés Achille Mbembe dice que las injusticias del pasado no caducan si no se reparan.
El Caricom, la comunidad de estados del Caribe, siendo la mayoría de los países antiguas colonias británicas, plantea a Gran Bretaña que reconozca su deuda histórica colonial y que, por tanto, les condonen la deuda económica actual. Condonar deudas, programas de reparación o memoria con presupuestos públicos… son buenas vías. Son temas que hoy en día se están hablando fuera, pero no aquí.
Esta entrevista fue publicada en euskera por Argia.
“Euskal Herria ere nabarmentzen da esklabotzari buruzko memoria-politika ezagatik”
Nazio inperialistetan familia jakin batzuk izugarri aberastu eta elite ekonomiko berriak sortu zituen munduko sistema kolonial eta esklabistak. Aldi berean, kontinente oso bateko biztanleria erdira murriztu zuen: Afrika. Mundua errotik aldarazi zuen, eta egun ere indarrean dagoen arraza-ordenaren arabera eratu: lehen eta hirugarren munduko pertsonak. 500 urte geroago, prozesu historiko luze horrek oroimenik eza du aliatu nagusi. Horri heldu nahi dio Del olvido a la memoria. La esclavitud en la España Contemporánea (Ahanzturatik memoriara. Esklabotza Espainia Garaikidean) liburuak. Pompeu Fabra unibertsitateko Historia Garaikideko irakasleak 2022an argitaratutako lana aitzakiatzat hartu dugu Katalunian eta Euskal Herrian oso presente dagoen ondare esklabista deseroso horri buruz hitz egiteko.
Argitaratu duzun azken artikuluan Miguel Primo de Riveraz hitz egiten duzu. Falangearen sortzailearen aitak esklabotzarekin zuen harremanaz, estatu-kolpea eman zuenetik 100 urte bete direnean, hain zuzen.
Kasualitatea da, oraintsu aurkitu baitut. Baina garrantzitsuena, horrelako kasu puntualetatik haratago, zera da: egungo Espainiako eliteen zati handi batek esklabotza kolonialarekin lotura zuzena du. Esklabo jabeak ala trafikatzaileak izan ziren haien arbasoak. Hori ez da kasualitatea. Mundu esklabista hori oso lagungarria izan zen familia askorentzat gizartean gora egiteko, eta familia horietako batzuk oraindik oso aberatsak dira edota botere guneetan daude. Inork ez du bere arbasoek egindakoaren ardura, baina ulertu behar da, neurri batean, gure arbasoek egindakoagatik gaudela gauden tokian eta egoeran.
Alegia, gu geu gara, gehi dakargun motxila.
Horixe. Azpimarratzekoa da Espainiako burgesiaren eta elite politiko eta militarraren eraketa lotuta dagoela iragan kolonial eta esklabista horrekin.
Laster urriaren 12a helduko da, beste nazio batzuen azpiratzean oinarritutako espainiar festa nazionala, eta, beraz, 350 urte baino gehiago iraun duen sistema esklabista globalaren hasieran du jatorria.
Ez dago inperiorik esklaborik gabe. Esklabotzari buruzko memoriarik eta memoria-politikarik ez da, eta kolonialismoari dagokionez beste hainbeste. Ez da Espainiako kasua bakarrik, baina oso espainiarra da gaia.
Azken urteotan María Elvira Roca Barearen Imperiofobia gisako liburuak argitaratu dira. Egilea ez da historialaria lanbidez, baina Espainiako "iragan loriatsu" inperiala aldarrikatzen du. Salmenta arrakastatsua izan da, oihartzun handia izan du komunikabideetan eta erakunde publikoetan, bere argudioei bozgorailua eskaini diete. Helburu politiko argia du: akritikoki nekez onar daitekeen iragan koloniala legitimatzea. Eta horren ondorioz, adibidez, Nacho Cano musikariak esan berri du Colón Ameriketara heldu zelako, Hitlerrek ez zuela Bigarren Mundu Gerra irabazi.
Bestalde, beste autore batzuek, Edgar Straehle edo José Luis Villacañasen Imperiofilia liburua kasu, zalantzan jarri dituzte "espainiar kolonialismoa ez zela hain txarra izan" esateko egile horrek erabiltzen dituen argudioak eta gertaerak.
Beste herrialde inperialista batzuekin alderatuta, Espainia bereizten duena da esklabismoari eta kolonialismoari buruzko memoria publiko eta kolektiborik eza.
Hori horrela da. UNESCOk esklabo-trafikoaren eta esklabotzaren biktimak gogoratzeko lehen eguna ezarri zuen 1997an. Nazio Batuen Batzar Nagusiak ere ezarri zuen 2006an. Bada, egun horiek ez dira inoiz Espainian ospatu. Beste herrialde batzuetan autore askok kritikatzen du oroimen egun horien izaera, baina Espainiako Estatuan hori ere ezin da egin, ez baitute ezer egiten, Portugalen bezalaxe.
Namibiako herri hereroaren genozidioa aitortu du Alemaniak, Mendebaldeko Europako museo batzuk Beningo brontze ospetsuak itzultzen ari dira, Herbehereetako erregeak berak barkamena eskatu du... elementu sinboliko hutsak dira, baina hemen ez da horrelakorik.
AEBetan unibertsitateek ikasketak finantzatu dituzte unibertsitateek beraiek sistema esklabistan izan duten inplikazioa ezagutzeko. Kasu batzuetan ondorioztatu dute, baietz, parte izan zirela eta horrek eragin du esklabo bihurtutako pertsonen ondorengoentzat beka-programak sortzea.
Azken urteotan, aldiz, gaiari buruzko lanak ugariagoak dira.
Esklaboen trafikoan eta ekonomia esklabistetan Espainiak izan duen parte-hartzearen ezagutza handitu egin da historialarien lanari esker. Dibulgazio-aldizkarien eta prentsaren bidez, oro har, gaiak herritarrengana heldu dira, eta orain duela 10 edo 15 urte baino sentsibilitate handiagoa dago, sektore batzuetan behintzat.
Baina, aldiz, erakunde publikoak dira uzkurrenak, udaletan, autonomia-erkidegoetan, zein estatu mailan. Ez dira gai izan memoria-politiken beharrari heltzeko.
Euskal Herria eta Katalunia. Gai honetan, salbuespena al gara zerbaitetan?
Katalunian ekintza txiki batzuk egin dira, baina oso lotsatiak.
Euskal Herrian, abiapuntua okerragoa da. Oscar Álvarez Gilak liburuan dioen bezala, abiapuntua da Euskal Herrian ez dela inoiz esklabotzarik egon, eta, beraz, euskaldunek ez zutela inoiz inor esklabo bihurtu. Errealitatea da, ordea, euskaldunak, hala nola katalanak, andaluziarrak, kantabriarrak... Espainiako monarkiaren menpeko herri oro esklaboen trafikoan eta esklabotza kolonialean inplikatuta egon zela maila batean ala bestean. Eta bai, Euskal Herria ere nabarmentzen da esklabotzari buruzko memoria-politika ezagatik. Areago, berriki Elkanoren mendeurrena izan da, eta Gaztelaren hedapen inperialerako lan egin zuen pertsonaia hori erreibindikatu dute
Badirudi pertsonaia horien “alde atsegina” nabarmentzea gustatzen zaigula: eskolak edo egoitzak sortzeko herrian utzi zuten dirua, edo baten gaitasun teknikoa (estratega, nabigatzailea...), edo bestearen "espiritu ekintzailea", ala besterik gabe, "indiano" gisa agertzen zaizkigu. Historia baino gehiago, sustapena dirudi.
Begira, Katalunian Indianoen Azokak daude. Eta sintomatikoa da horietako gehienak udaletako turismo sailetik bideratzen direla, eta ez kulturatik, adibidez. Ikuspegia begi-bistakoa da. Asteburu batez hurbileko turismoa erakartzeko aitzakia dira. Eta horietan gutxien axola duena ezagutza bera da.
Oro har, pertsonaia horietako askok lan filantropikoak, ongintzakoak egin zituzten. Historiaren zati hori, jakina, aztertu eta ezagutu egin behar da, eragina izan zuelako. Baina “beste aldea” ezkutatu edo gutxietsi egiten da. Horregatik da liburuaren izenburua "Ahanzturatik memoriara", kasu batzuetan kontzienteki ahazten delako eta beste batzuetan, ez dutelako azaldu nahi gertatutakoa eta, beraz, ez da jendearengana iristen.
Zuk, bereziki, esklabista katalanak landu dituzu, baina euskal pertsonaiak ere izan dituzu aztergai, Lekeitioko goytisolotarrak kasu.
Esklabo trafikoan euskaldun askok hartu zuen parte, gehiengoak Amerikatik egin zuen. Mendexan jaiotako Pedro Nicolas Txopitea modukoak. Bera izan zen esklabista eta esklabo trafikatzailerik handiena Txileko Santiagon. Eta begira, bere alaba Dorotea de Chopiteak "emakume beneragarri" gisa izendatzeko beatifikazio prozesua irekia du Vatikanoan, zer eta aitarengandik jaso zuen diru asko ongintza-lanetan inbertitu zuelako. Kubatik Afrikara merkatari espainiar batek zuzenean eraman zuen lehen ontzia Sebastian de Lasa izeneko gipuzkoarrarena izan zen, 1792an. XVIII. mendeko trafikatzaile handi bat Mutrikuko Irarragorri izan zen. Donostiako Patricio Satrustegi Kuban aberastu zen, Comillaseko Markes negreroaren bazkide zela. Jakina, Julian Zulueta ezin aipatu gabe utzi... Zerrenda luzea da.
Antonio López Comillaseko Markesa aipatu duzula, bere omenez Bartzelonan zuen estatua eraitsi zuten 2018ko martxoan. Esklabotzarekin harremana izateagatik, kasu bakarra Espainiako Estatu osoan. Zuk pertsonaiaz egin zenuen ikerketak eragina izango zuen…
1936ko abuztuan anarkistek lehen aldiz bota zuten. Herritarren artean beti izan da ezkutuko memoria bat haren gainean, enparantza horri negrero plaza deitzen zitzaion, adibidez. Nolanahi ere, Antonio Lópezi buruz egin nuen lanak horixe berretsi baino ez zuen egin: ez zela asmakuntza edo mito bat, baizik eta pertsona hori benetan esklabo trafikoan aritu zela.
Estatua zegoen plazak Idrissa Diallo du izena egun, gazte ginear baten omenez. Hona migratu eta Poliziak atxilotu ondoren, CIE batean hil zena. "Itxi ditzagun CIEak" kanpainako jendearen lanari esker lortu zen izen hori jartzea.
Dena den, Bartzelonako Udala ausarta izan zen ekintza horretan, baina, aldi berean, oso lotsati jokatu du beste batzuetan. Adibidez, esklabotza kolonialaren historian, Lópezen estatuak baino garrantzi handiagoa du Xifré kaleak. Josep Xifré, Areyns de Marren jaioa, larrua lantzearen negozioarekin izugarri aberats egin zen Habanan. Esklaboak erabili zituen, baina ez hori bakarrik, hamarkada batzuk geroago bere ondasunak heredatu zituen bilobak ere esklaboak zeuzkan haren menpe. Hala eta guztiz ere, Xifréren omenezko kalea Bartzelonan dago oraindik.
Iragan kolonialarekiko ikuspegi kritikoen aurka, beti agertzen da orainkeria, presentismoa. Hau da, ezin dugula iraganari egungo begiekin begiratu, ezta kritikatu ere. Zuk, zer begi dituzu?
Hori argudio faltsua da. Esklabotzari dagokionez, esklabo bihurtutako pertsonak dauden unetik bertatik esklabotza zalantzan jartzen duten pertsonak ere badaude. Grezia Klasikoan, gure aroa baino 500 urte lehenago, Aristotelesek berak, esklabotzarekin ados zegoenak, onartu zuen bazirela horren aurka zeudenak.
XVI. mendetik aurrera, Afrikaren eta Amerikaren arteko esklabo trafiko zuzena hasi zenetik, gaitzespena erakutsi zuten pertsona batzuek. XVIII. mendearen amaieratik abolizionismoa antolatuta dago: Londresko Elkarte Abolizionista, Beltzen Lagunen Elkartea Parisen, 1810ean Cadizeko Konstituzioari buruzko eztabaidetan proposamen abolizionistak daude...
Orainkeria "ordaintzaile txarraren" argudioa da. Begirada erreakzionarioaren ezintasuna islatzen duen aitzakia da. Ikusmolde kontserbadorea da, baina bere burua mozorrotzen saiatzen da gainerakoei presentismoa leporatuz.
Salerosketa eta eskulan esklaboaren esplotazioaren eta XIX. mendeko burgesia katalanaren etorkizuneko oparotasunaren arteko harremanaz hitz egin duzue liburuan. Prozesu hori barik, uler dezakegu zer diren egungo gizarteak?
Ez, argi dago ezetz, ez Katalunian, ez Euskal Herrian, ez Madrilen... Adibidez, hirien osaerari erreparatzea besterik ez dago. Nik gehiago ezagutzen dut Bartzelonako kasua. Eixample, Zabalgunea, eraiki zuten Kuban Hamar Urteko Gerra hasi zenean. Orduan, kapital-lekualdaketa asko izan zen Kubatik kanpora, eta dirudun horietako batzuk Bartzelonara etorri ziren. Kausa-ondorio erlazioa dago. Egungo Bartzelona, Zabalguneko Bartzelona, ez da errealitate kolonialik gabe ulertzen.
Euskal Herriko hiri batzuetan antzeko ariketa eginez gero, prozesu antzekoa ikusiko genuke. Orduko diruarekin ordaindutako higiezinak hor daude. Gau egun ezin ditugu gure gizarteak ulertu iragan kolonial eta esklabista hori kontuan hartu gabe.
Esklaboen salerosketa gizateriaren aurkako krimentzat kondenatu du NBEk, eta horrek dakar egia, justizia eta erreparazioaren printzipioak aplikatzea. Baina, zer da erreparazioa gai honetan?
Bi maila daude: sinbolikoa eta materiala. Erreparazio sinbolikoek balioa dute, gizateriaren aurkako krimena izan zela hedatzen laguntzen dutelako. Bada horrelako aitorpen sinbolikoak kritikatzen dituenik, esanez europar gizon zuriak bere burua barkatzeko egiten direla. Nik ez dut horrela ikusten.
Horrez gain, politika materialak daude. Adibidez, iragan hori hobeto ezagutzeko aukera emango diguten ikerketa-proiektuak finantzatzea, iragan horren berri ematea ahalbidetuko duten hezkuntza-proiektuak diruz laguntzea, dibulgazioa sustatuko duten oroimenerako elementuak ezartzea, beka-politikak...
Errege-erregina Katolikoen garaian kanporatu zituzten sefardien ondorengoek espainiar nazionalitatea eska dezakete duela urte batzuetatik hona. Hori memoria-politikei lotutako elementua da, nahiz eta horrela ez adierazi. Orain akats gisa ikusten duguna konpontzeko borondatea adierazten du neurri batean. Orduan, zergatik ez eman herritartasuna Espainiak legalki esklabo bihurtutako pertsonen ondorengoei? Espainiako monarkiaren orduko legeek hala zioten. Beraz, zergatik, ez?
Kubara itzulita, gaur egun nahiko erraza da kubatarrentzat espainiar herritartasuna eskatzea, aiton-amon espainiarrik dutela frogatuz gero. Baina noski, horiek zuriak dira. Beltzek ezin dute lege hori baliatu. Bidegabekeria da. Arlo horretan erreparaziorako bide posible bat dago. Jakin badakit hori Pandoraren Kutxa irekitzea dela, baina horrela ikusten dut.
Achille Mbembe historialari kamerundarrak dio iraganeko bidegabekeriak ez direla iraungitzen konpontzen ez badira.
CARICOMek, Karibeko estatuen komunitateak –gehienak britainiarren kolonia ohiak izandakoak– Britainia Handiari planteatu dio bere zor historiko koloniala aitortzea eta, beraz, egungo haien zor ekonomikoa barkatzea.
Zorrak barkatzea, erreparaziorako programak, aurrekontu publikoz sustatutako memoriak... bide onak dira. Gai horiek eztabaidagai dira hemendik kanpo, baina ez hemen.