“Ni sus manos son tan blancas ni están blancas sus banderas: Su cal sí que es blanca” (Habeas Corpus)
Marcena Amores García
Se han cumplido 25 años desde que las familias de Lasa y Zabala pudieron enterrar dignamente –que no tranquilamente- los restos de los jóvenes torturados y asesinados por los GAL a principios de los años 80. El último adiós a los dos vascos, quienes no habían cometido ningún delito cuando fueron secuestrados y posteriormente asesinados por la Guardia Civil, estuvo marcado por la violencia del Estado.