Daniel Seixo

Etxerat: La situación de los familiares de los presos y presas, exiliados y deportados políticos vascos

Zamora — Fri, 07 Oct 2022 17:05:43 +0000

Etxerat: La situación de los familiares de los presos y presas, exiliados y deportados políticos vascos

Zamora Vie, 07/10/2022 - 13:05

Daniel Seixo

Entrevista a

Xochitl Karasatorre y Gorka García

En Nueva Revolución conversamos con Xochitl Karasatorre y Gorka García, miembros de la Asociación Etxerat, para conocer la situación de los familiares y allegados de los presos y presas, exiliados y deportados políticos vascos.

Etxerat denuncia que la situación de los presos y presas en el exilio, la cárcel y la deportación supone una vulneración de sus derechos, pero también la de los familiares que luchan por no renunciar a los lazos afectivos. La Asociación brinda asistencia, asesoramiento y acompañamiento para ayudar a minimizar los daños de esta situación.

A lo largo de esta entrevista, conocemos la realidad de la arbitraria política penitenciaria del estado español, el doble castigo que sufren las familias víctimas de la dispersión y los posibles puentes que nos depara el futuro.

Felipe González, fuera de la ley

Zamora — Thu, 18 Jun 2020 15:43:49 +0000

Felipe González, fuera de la ley

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Zamora Jue, 18/06/2020 - 11:43

Autor

Daniel Seixo

«Nunca hemos tenido un peor resultado en el País Vasco, a pesar de las cosas que hicimos« Felipe González

Los servicios secretos de Estados Unidos y específicamente su agencia de inteligencia, la CIA, tienen la costumbre de evidenciar lo obvio, desclasificar lo consabido y abandonar en el momento preciso a los caballos viejos o heridos, los inservibles. Todo ello, se esconde tras la oportuna «filtración» y puesta en escena de cara a la opinión pública de un viejo informe que señala al ex presidente español Felipe González y a su gobierno como principales organizadores, eso sí con más atisbos de dudas de lo que le gustaría a La Razón, de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL).

Por si a estas alturas de la partida alguno de nosotros todavía obviaba los cómplices silencios parlamentarios, la penetrante esencia de la argamasa de naftalina y cal viva procedente de la vieja chaqueta de pana o los cómplices abrazos con José Barrionuevo y Rafael Vera a la entrada de la prisión de Guadalajara en 1995, la CIA nos apunta hoy de nuevo a que según sus informes –que en estos asuntos rara vez suelen fallar, ya que a su vez ellos rara vez suelen andar muy lejos– la famosa «X», era en realidad la «G» de González.

No debemos olvidar los 28 asesinatos cometidos por el terrorismo de estado, las presiones a los periodistas que intentaron destapar estos crímenes o la complicidad manifiesta en la estrategia del terror y la venganza llevada a cabo por un gobierno socialista que apenas pagó con 11 meses de cárcel el socavar y deshonrar irremediablemente la escasa credibilidad de una democracia que aún a día de hoy hace gala en numerosas ocasiones de sus tintes autoritarios y su peligroso gusto por los ruidos de sables y la guerra sucia. Ya no suenan las balas en Moncloa, si bien los trapos sucios, los chantajes y la coacción, judicial, mediática o policial, siguen siendo instrumentos habituales a disposición del estado profundo y sus cloacas.

El terrorismo de estado ejecutado por los GAL y según el informe de la CIA, titulado «España: Terrorismo vasco y respuesta gubernamental«, acordado en apariencia por Felipe González para combatir, ignorando la ley, a supuestos terroristas señalados por el aparato del estado, no supuso el primer intento de erradicar de forma violenta en España a la oposición política, sino que previamente otras organizaciones terroristas parapoliciales como Anti Terrorismo ETA (ATE), la Alianza Apostólica Anticomunista (Triple A) y el Batallón Vasco Español, ya habían puesto en escena durante años su disposición a utilizar la violencia para contrarrestar cualquier exceso que hiciese peligrar los caminos previamente marcados para el proceso transicional. Al tiempo que vestidos con el uniforme gris las fuerzas del orden reprimían y sometían a las organizaciones sindicales y obreras, una vez librados de su aparente lazo con la incipiente democracia y legalidad, ciertos resortes del estado llevados por la sin razón y el autoritarismo y amparados por el gobierno de turno, no dudaban en hacer uso de la fuerza de la pistola y el tiro en la nuca para asesinar no solo a miembros de ETA, sino también a figuras incómodas para su guion preestablecido como lo pudieron ser Christian Olaskoaga, el fotógrafo del diario Egin Xabier Galdeano, el taxista José Martín Merquelanz Sarriegui, María Contreras Gabarri, la militante del Partido Socialista de los Trabajadores Yolanda González Martín o tantos otros nombres que a día de hoy siguen sin recibir un perdón sincero por parte de la sociedad española, acompañado por el trabajo de la justicia y el empeño del estado para limpiar sus nombres y enjuiciar a los culpables.

Conocer que el acaudalado ex socialista y mentor de posturas reaccionarias de toda índole, Felipe González, estuvo detrás del terrorismo de estado y los crímenes cometidos por los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL) no supone sino constatar lo evidente, como también lo es el hecho de hablar de implicación estatal en el intento de asesinato del líder independentista canario Antonio Cubillo, las directas implicaciones del aparataje del estado el golpe fallido del 23-F, la guerra sucia contra Podemos o los intereses políticos e ideológicos de las actuaciones judiciales de la Audiencia Nacional contra activistas vascos, gallegos y catalanes que tienen su fiel reflejo en penas de prisión basadas en ensoñaciones y elucubraciones como las sufridas por los jóvenes de Altsasu, los independentistas gallegos o los miembros de los Comités de Defensa de la República.

Lo triste es que todavía hoy nadie se atreva a tirar de la manta, nadie recuerde a estas víctimas, ni nadie tampoco parezca dispuesto a poner fin a las triquiñuelas, corruptelas y la violencia ejercida desde unas cloacas que poco a poco, pero inexorablemente, continúan infectando los cimientos de nuestro estado, impidiendo con ello que de una vez por todas podamos hablar de democracia en España sin ruborizarnos al saber que inconscientemente o plenamente conscientes de ello, estamos mintiendo. Formando parte con nuestro silencio o nuestra desmemoria cómplice de un deleznable teatro en el que mientras los familiares de las víctimas de los GAL siguen sin ser indemnizadas, el fantoche que acordó la formación de un grupo de mercenarios que terminaría asesinando a sus seres queridos, puede seguir defendiendo el terrorismo de estado y a grupos de mercenarios y asesinos, esta vez, para llevar la muerte y el horror a Venezuela. Todo esto es lo que revela de nosotros que según los informes de la CIA, Felipe González sea señalado como la «X» tras los GAL.

Tempestades de sal

Zamora — Wed, 19 Jun 2019 17:44:44 +0000

Tempestades de sal

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Zamora Mié, 19/06/2019 - 13:44

Autor

Daniel Seixo

Resulta complicado perseguir algo que non existe, causar dor con algo que non existe, difundir o pánico con algo que non existe… Pero se iso é posible, sucede no estado espanhol, ese proxecto político integrado no seo de Europa, no que un pequeno reduto de irredutibles galegos resiste, aínda e como sempre, ao invasor. E a vida non é fácil para as guarnicións da Guardia Civil nos reducidos campamentos de Galiza… ridículo? O mesmo pensamos exactamente os galegos e galegas cando vemos abrir os telexornais e os debates políticos do estado espanhol co conto de que unha vez máis, militantes independentistas galegos foron detidos acusados de terrorismo por pertenza á organización inexistente Resistencia Galega.

Do mesmo xeito que sucedeu coa organización La Mano Negra na década de 1880, con gran parte do Movemento de Liberación Nacional Vasco baixo a premisa de “Todo é ETA” e tal e como sucede co procés e a criminalización de toda iniciativa política e social que se leve a cabo en Catalunya de cara a conquistar a independencia efectiva, a capacidade do goberno espanhol para modificar, moldear e terxiversar o relato parece non ter límites.

Nun estado no que nos custa chamar ao fascista fascista, ao machismo machismo e á corrupción corrupción, nunca existiu problema algún para tachar como terrorista a todo aquel militante de esquerda que contrapuxese a súa visión política e social á imperante no territorio espanhol

O 12 de setembro de 2013, a sección 3ª da Sala do Penal da Audiencia Nacional espanhola, condenaba a Eduardo Vigo, Roberto Rodríguez, Antom Santos e María Osorio López cunha sentenza que involucraba aos catro detidos cunha organización terrorista chamada Resistencia Galega. Un grupo terrorista que teoricamente actuaba en territorio galego e que vos podo asegurar curiosamente foi presentado en sociedade nesta nación pola Audiencia Nacional, a Brigada de Información da Policía Nacional, Guardia Civil e os distintos medios que lonxe de informarse ou investigar un pouquinho o asunto, simplemente se limitaron a reproducir a visión do estado espanhol, poida que por costume ou por iso de que o terrorismo sempre vende, que sei eu.

Nun estado no que nos custa chamar ao fascista fascista, ao machismo machismo e á corrupción corrupción, nunca existiu problema algún para tachar como terrorista a todo aquel militante de esquerda que contrapuxese a súa visión política e social á imperante no territorio espanhol, xa fose de forma violenta ou de forma pacífica. Certo que a algún dos independentistas detidos ao longo destes anos asocióuselhes coa elaboración de explosivos caseiros e con atentados contra entidades bancarias e sedes políticas, certo tamén que no independentismo galego existiron historicamente breves e moderadas reaccións violentas contra o que se considerou opresión do estado espanhol. Pero de aí a lograr crear unha absurda cosmovisión política, na que unha suposta organización terrorista chamada Resistencia Galega, usa o terror para influír na vida política e social de Galiza, debería de existir un gran paso.

Cando desexos, indicios e sospeitas mestúranse nun xulgado, as sentenzas adoitan estar ditadas xa de antemán. De nada vale entón que os acusados neguen a súa pertenza a banda armada ou que denuncien abertamente o uso da violencia para a consecución dos obxectivos políticos do independentismo. Cando un logra visionar algún dos xuízos contra os independentistas galegos, non pode evitar decatarse da agresividade do relato que o estado espanhol impón desde o inicio aos acusados. Expertos, avogados, testemunhas, probas periciais e nin moito menos as declaracións dos propios acusados valen para nada durante as xornadas que dura o escarnio, a sentenza de terrorismo parece ditada desde o momento no que as forzas e corpos de seguridade do estado sacan aos militantes do seu domicilio, esposados e paseados normalmente só ante a prensa, unha prensa que sen que ninguén queira saber moi ben como, sempre é das primeiras en decatarse das detencións, en demasiadas ocasións mesmo antes que os propios detidos. Despois de todo, os relatos non se contan sós.

Un non pode fiarse unicamente dos relatos da policía, non pode facelo e ten quedado sobradamente comprobado ao longo do tempo, nin existiu nunca La Mano Negra, nin Egin tinha nada que ver con ETA e dende logo se existiu violencia extrema aquel 1 de Outubro en Catalunya, foi sen dúbida por parte dunha policía e un estado que se retratou fronte o mundo como claramente represor cando a situación así o contempla. Non poden acusar á militancia independentista galega de terrorismo por pertencer a unha organización cuxa única proba da súa existencia é precisamente a suposta militancia na organización dos diferentes militantes independentistas detidos. Non só é un razoamento de tolos, senón que se escapa totalmente de calquera principio básico de dereito.

Tras cada detención son moitas as amizades, as familias e os proxectos políticos e sociais que quedan tocados na Galiza, a lei antiterrorista e o réxime FIES-3 co que os militantes galegos entran en prisión, non só truncan definitivamente unha vida, senón que sementan a rabia, a impotencia e a distancia co proxecto político do estado espanhol

Ler Sempre en Galiza, parar a tomar unhas copas polo Avante ou A Gentalha, ser parte activa do movemento político ou cultural da túa terra ou mesmo froito da rabia, a impotencia ou a desesperación, recorrer á sabotaxe violenta con termos con pólvora, non che converte en terrorista. Pode parecernos moralmente reprobable, debe ser investigado e xulgado como un delito, pero nin moito menos tales feitos suponhen proba algunha que nos permita falar dunha suposta organización terrorista activa en chan galego. Tentar transformar estes feitos nun relato de criminalización e represión que converta a unha decena de independentistas galegos nos suxeitos máis perigosos do estado espanhol supón de xeito evidente un esforzo ridículo para calquera persoa con apenas dous dedos de fronte.

O asunto podería resultar ata cómico se non fose porque tras cada detención son moitas as amizades, as familias e os proxectos políticos e sociais que quedan tocados na Galiza, a lei antiterrorista e o réxime FIES-3 co que os militantes galegos entran en prisión, non só truncan definitivamente unha vida, senón que sementan a rabia, a impotencia e a distancia co proxecto político do estado espanhol en moitos máis galegos e galegas.