La gesta del Perú profundo a Lima: el izquierdista Castillo se impone a Fujimori en las presidenciales con todas las actas contabilizadas
No obstante, todavía hay que resolver las apelaciones sobre las actas observadas y los pedidos de nulidad.
No obstante, todavía hay que resolver las apelaciones sobre las actas observadas y los pedidos de nulidad.
Desde el lugar menos pensado, un maestro rural sacudió el tablero latinoamericano.
La campaña presidencial en Perú está marcada por los discursos del miedo desplegados por los grandes medios de comunicación contra el candidato Pedro Castillo, acusado de comunista y asociado con el terrorismo. ¿Qué eficacia tiene esa estrategia llevada hasta puntos pocas veces vistos con anterioridad?
La 2da vuelta electoral por la elección presidencial en Perú es, como pocas, sumamente crucial para la nación andina, tanto por la singularidad del cuadro político precedente como por el propio momento político electoral.
Desde ALBA Movimientos saludamos la victoria del compañero Pedro Castillo, de Perú Libre en las elecciones presidenciales de Perú el pasado 11 de abril. Desde toda Nuestra América vemos en esta candidatura, y en esos votos de esta primera vuelta, una esperanza, no solo de frenar el neoliberalismo de guerra que se expresa en el fujimorismo, sino una esperanza de avance hacia un nuevo proyecto histórico en este hermano país.
Los gurúes de la encuestología y el marketing 2.0 deberían estar quemando algunos manuales. En la previa de las elecciones, Pedro Castillo figuraba séptimo en los sondeos con menos del 6% y tenía apenas 2.172 seguidores en Twitter, 2.027 en Instagram y 567 en TikTok.
Castillo ha establecido contacto con Juntos por el Perú, frente político que tuvo a Verónika Mendoza como candidata.
La crisis abierta en Perú no parece tener una resolución inmediata. Si bien el nuevo gobierno encabezado por Francisco Sagasti cuenta con mayor legitimidad, la impugnación al sistema político-económico, expresada en las calles, es profunda. ¿Qué puede suceder? Es la pregunta sobre la que aún no existe respuesta segura.
La crisis política que vive Perú desde hace varios años, y que en estos días adquirió niveles dramáticos, se agudizó con el impacto de la pandemia, exponiendo con mayor nitidez la decadencia de su modelo neoliberal.