Ana Pontón: “El BNG y yo nos ratificamos en la petición de investigar y juzgar los negocios de la Casa Real”

Ana Pontón
Lola Matamala
Entrevista a
Ana Pontón

El 7 de agosto arrancó la nueva legislatura gallega. Como este período de anormalidad, también el inicio fue diferente y estuvo impregnado por el paisaje infectado de covid19 que mantiene en alerta a todo el mundo, incluida Galicia, que presenta una cifra muy alta de personas infectadas y hospitalizadas. Hasta el nuevo presidente del parlamento, Miguel Ángel Santalices, pidió disculpas por el escenario parlamentario en donde no era posible albergar invitados para celebrar la apertura. Eso sí, lo que no ha cambiado es que antes de esas palabras presidenciales, los parlamentarios de los diferentes grupos políticos tomaran posesión de su cargo. Entre ellas, y por imperativo legal, lo hizo la portavoz nacional del Bloque Nacionalista Galego. Ana Pontón, a la que, a pocos días de aquel solemne y dulce momento, la Fiscalía ha abierto una investigación por unas expresiones que pronunció el “Día de la patria” contra la Corona.

Ana Pontón (Sarria, 1977) vive en Santiago de Compostela y encabeza este BNG que ha conseguido 19 escaños en estas controvertidas elecciones. Un Bloque Nacionalista Galego que, como afirma la diputada, “ha sufrido una crisis política importante en la que hemos salido reforzadas porque hemos aprendido de nuestros errores”. Para esta compostelana de adopción “el feminismo es una manera de estar en política y en el mundo” y en el suyo, aparece la música de Uxía o de Springsteen, alguna serie como El cuento de la criada,su larga jornada laboral y la crianza de su hija de seis meses.

Por todo lo que está por venir, hemos hablado por teléfono con Ana Pontón.

En primer lugar, debo preguntarle por la investigación que la Fiscalía ha iniciado contra usted por injurias a la Corona. ¿Cuál es su valoración de este hecho?

La verdad es que resulta sorprendente que la Audiencia Nacional se plantee siquiera abrir diligencias por decir algo tan evidente como que hay que investigar en profundidad y hasta las últimas consecuencias los negocios de la Casa Real y, muy particularmente, los del rey emérito. Investigar ahora la utilización de un derecho básico y elemental, como es la libertad por parte de una fuerza política –en este caso a través de mi persona que soy la portavoz nacional del BNG–, carece de sentido común en un momento en el que la monarquía está totalmente desprestigiada y con un rey a la fuga. Es más, los negocios del rey emérito están siendo investigados incluso por la propia Audiencia Nacional, además de por la Fiscalía del Tribunal Supremo y, en el exterior, por la Fiscalía de Ginebra. Desde luego, el BNG y yo nos ratificamos en la petición de investigar y juzgar los negocios de la Casa Real, con un rey emérito investigado por supuesto cobro de comisiones multimillonarias, por la recepción de donativos y por, supuestamente, tener cuentas opacas en paraísos fiscales.

En este momento en el que la pandemia lo hace todo tan inquietante, ¿cómo radiografía Galiza?

En Galiza tenemos una crisis que no nace con la covid-19 pero que se agudiza con este escenario

En Galiza tenemos una crisis que no nace con la covid-19 pero que se agudiza con este escenario. Un síntoma claro es que en los últimos once años han emigrado más de 300.000 personas en nuestro país y aún tenemos menos empleo y de peor calidad que antes de 2008. Esto ejemplifica la gravedad económica y nos alerta de lo que puede pasar cuando se acaben los ERTE y se reanude la actividad. A esto se le suma una situación muy difícil en el ámbito sanitario y en el educativo que, aunque cuentan con muy buenos profesionales, están sufriendo los once años de recortes.

Supongo que el refuerzo en atención primaria debe ser primordial.

Sí, sobre todo en este momento de rebrotes. Sobre estos, hay que recordar que para controlarlos, la Xunta subcontrató a una empresa que no cuenta con sanitarios para hacer el seguimiento.

¿Y qué responde la Conselleria de Sanidade con respecto a esta cuestión?

Pues no ha respondido porque tenemos una situación muy anómala: hemos estado desde el mes de febrero con el parlamento disuelto porque en ese mes el PP decidió adelantar las elecciones a abril y luego hubo que cancelarlas por la pandemia. Aunque el 7 de agosto se constituyó el Parlamento, supongo que se comenzará a trabajar en septiembre.

En todo este tiempo, hemos pedido a Núñez Feijoó que diera explicaciones sobre lo que estaba sucediendo con la covid pero lo cierto es que ni siquiera se ha convocado la Diputación Permanente. Nos preocupa porque vimos que, en la campaña electoral, se ocultaron brotes en A Mariña. El candidato Feijóo decía que estaba controlado pero 24 horas después hubo que cerrar esa comarca. Genera mucha incertidumbre cómo se está gestionando esta pandemia. En el BNG nos parece que, ante esta situación, la transparencia debe ser importantísima.   

El pasado 31 de julio el presidente del Gobierno se reunió con los diferentes presidentes autonómicos para hablar del reparto de los 140.000 millones de euros de los fondos europeos. ¿Se reunió usted con Feijóo antes de esta cita para presentarle la propuesta del BNG?

Feijóo no se ha reunido con la oposición y creo que antes de ir a Madrid debería haberse reunido con el conjunto de las fuerzas políticas para negociar el reparto de esos fondos. No queremos que Galiza vuelva a salir discriminada en este reparto como en el del primer fondo de la covid19 en donde recibimos un presupuesto que estaba por debajo de nuestro peso de población, pero ya vemos que los primeros pasos de esta mayoría absoluta del PP camina hacia una mayoría absolutista.

De esos 140.000 millones ¿qué parte le tendría que corresponder a Galiza?

En primer lugar, me parece un punto de partida inaceptable que ese reparto  sólo tenga en cuenta el gasto que ha generado la crisis sanitaria en aquellos lugares en donde la pandemia ha impactado en mayor  grado porque ahora vemos cómo con los rebrotes se hace necesario reforzar los sistemas sanitarios, sobre todo en Galiza que tenemos menos inmunidad de grupo y estamos siendo más vulnerables.

Entonces, ¿para usted la letra pequeña es preocupante?

En Galiza hay casi 900 millones de euros en los bancos y queremos que los superávits se utilicen para desarrollar políticas locales para enfrentar la covid19

Sí, porque es muy probable que esa letra pequeña traiga nuevos recortes de derechos sociales aunque se ha intentado  sacralizarlo como el mejor pacto posible En el BNG creemos que las áreas más afectadas por los recortes venideros serán la de pensiones, la de las inversiones en Galiza y la PAC.  Esta última tiene mucho que ver con una de las enseñanzas que nos deja la covid19 y es que necesitamos reforzar nuestro sistema productivo y caminar hacia la soberanía alimentaria aunque parece que las decisiones que se toman van en la dirección contraria: hemos visto que la Unión Europea solo favorece a las grandes empresas y a los Estados centrales que la conforman.

Además de destinar ese dinero para intentar combatir la pandemia, ¿a qué otros ámbitos destinaría el BNG el resto de esos fondos?

Los destinaríamos a tres ámbitos. El primero a reforzar la sanidad pública. El segundo, a cambiar el modelo de atención de las personas mayores porque ya hemos visto en qué consiste este modelo privatizado en donde se hace negocio frente al derecho a tener una vejez digna; y el tercero a todo lo que tiene que ver con la reactivación económica y conseguir que Galiza camine hacia una economía verde y por el sendero del conocimiento y de la ciencia.

¿Cómo valora la consecución de esos fondos europeos?

Lo que sabemos es que una parte de ese dinero va en detrimento del presupuesto que ya estaba previsto en los próximos años y que se va a recortes en ámbitos que son importantes para la financiación de sectores de nuestra economía como son la Política Agraria común (PAC) o la ciencia.

¿Le parece apropiado el acuerdo alcanzado por la Federación de Municipios y Provincias y el Gobierno central para gestionar el superávit de los ayuntamientos?

En relación al superávit y al remanente de las administraciones locales –1.300 millones de euros en el caso gallego–, la posición del BNG es muy clara: hay que derogar la Ley Montoro para que los ayuntamientos puedan disponer directamente de sus ahorros y los destinen a sufragar aquellas cuestiones que consideren prioritarias en un contexto de crisis económica y social sin precedentes derivada de la covid19. ¿Qué quiere hacer el Gobierno de Pedro Sánchez? Utilizar una Ley del Gobierno de Rajoy para apropiarse de los ahorros de las administraciones locales para financiarse, cuando lo que debería hacer es eliminar esa ley y permitir a los ayuntamientos disponer de sus propios recursos, de sus propios ahorros en beneficio de sus vecinos y vecinas, porque no olvidemos que son la administración más cercana a la ciudadanía, que está sufriendo, y mucho, las consecuencias de la crisis. El acuerdo auspiciado por el PSOE desde la FEMP no es más que un trágala en el que se chantajea a las administraciones locales con la Ley Montoro diciéndoles o tomas este acuerdo o te voy a seguir aplicando una ley que te impide usar ese superávit, una ley que antes como PSOE criticaba pero que ahora mismo le viene muy bien para poder hacerse con un dinero que nos es suyo. Insisto, el BNG lo que pide es que se derogue esa normativa y que las administraciones locales recuperen su autonomía financiera.

¿Por estos futuribles recortes puede verse afectado su apoyo al Gobierno central?

Hemos apoyado la investidura de Sánchez a cambio de un acuerdo con Galiza que se tiene que cumplir. Si ya era importante antes de la covid19, ahora se hace más que urgente porque hablamos de problemas económicos importantes, de acabar con déficits históricos en infraestructuras o poner fin a una cuestión que en Galiza se vive como un auténtico agravio como son los peajes que pagamos de la AP-9, que son un despropósito. Vamos a trabajar para que el acuerdo se cumpla escrupulosamente.

¿Qué relación tiene que tener el BNG con otros territorios, como Extremadura o Teruel, que comparten cuestiones como la ruralidad, la despoblación, el sector primario o la precaria red ferroviaria?

Creo que la realidad de Galiza no tiene que ver con la realidad que tiene Extremadura o Teruel. Somos un país que no solo tiene rural y que, a pesar de los problemas, tenemos sectores, como la pesca o la industria, que tienen mucho potencial.

Me refería a lo que les une.

Aunque somos solidarios con otros pueblos, nos movemos en planos diferentes y nuestro papel es claro: avanzar con una dinámica que favorezca a Galiza.

¿Conoce a Tomás Guitarte?

Sí, conozco al diputado.

¿Con qué partidos y territorios tiene más relación el BNG?

Sobre todo, con otros partidos soberanistas pero también con la Chunta o con algunas organizaciones de Castilla. Internacionalmente, con el Frente Amplio, con el PT en Brasil, etc. Nuestro ámbito es internacionalista pero defendemos los intereses gallegos.

Volviendo al plano partidista gallego, ¿cómo debe ser la relación entre el BNG y las Mareas o Podemos?

Nosotros vamos a tener la misma relación que hemos tenido durante estos años, una relación basada en el respeto aunque nosotros representamos una opción política diferente.

Con el resultado de las elecciones, las Mareas no tienen representación parlamentaria y hay electores que se han quedado sin voz.  ¿El BNG se abriría a incorporar cuadros de estos movimientos para ser más heterogéneo?

El BNG tiene la mano tendida a todas aquellas personas que quieran sumar y que quieran aportar a este proyecto de país.

Con 19 diputados, ¿el BNG ha tocado techo?

EL BNG no se pone techo, ni antes ni ahora que hemos obtenido este resultado. Nuestro objetivo es ser la primera fuerza política en Galiza .

¿El voto del BNG es nacionalista o ha sido en contra de las políticas de Feijóo?

Lo que han votado las gallegas es que apuestan por un proyecto propio para Galicia y en contra de estos partidos estatales que utilizan el país como moneda de cambio.  

Lleva muchos años en el Bloque como militante y como portavoz nacional, ¿qué cambios presenta esta nueva etapa?

Hemos mantenido los elementos centrales de nuestro proyecto como es la defensa de Galiza como nación, la defensa de la autoorganización y el derecho de la autodeterminación, pero también hemos puesto en marcha una renovación importante de la organización y hemos adaptado nuestro discurso. Somos un proyecto que ha sabido renovarse colocándose como la segunda fuerza en el país.

¿En qué se diferencia de otros nacionalismos que hay en el  Estado español?

Desde el Estado español hay un intento de mantener una estructura centralista que resulta útil para los grandes grupos económicos y que niega la plurinacionalidad

Galiza tiene una realidad muy diferente a la de Cataluña o a la de Euskadi. Cuando hablamos de defender los intereses de nuestro país, hablamos de defender los derechos de los trabajadores gallegos, que Galiza pueda desarrollar su potencial y que se acabe con el expolio energético. De hecho, llevamos meses con un gran problema sobre la mesa: el cierre de Alcoa, una empresa fundamental en la comarca de A Mariña. Una de las razones que se aduce es el coste de la energía y nos llevamos las manos a la cabeza porque ¿cómo es posible que tengamos miles de trabajos en riesgo en Galiza que produce electricidad y que exporta el 35% de la misma? Nuestra reclamación defiende que se usen los recursos públicos y que no se siga engordando a las eléctricas y a esos consejos de administración que acaban plagados de ministros del PP y del PSOE.

Si Ana Pontón fuera presidenta de la Xunta, ¿qué medidas hubiera adoptado con Alcoa?

Como ahora no soy presidenta, puedo decir lo que haremos como BNG. Proponemos que la única medida para salvar el empleo en Alcoa es que se nacionalice. Esto se ha hecho en Italia y ha permitido salvar una fábrica de esas características. Hay que cambiar el modelo energético porque, entre otras cuestiones, tenemos la factura más cara de Europa.

Para algunos sectores, el nacionalismo genera animadversión y dicen que es egoísta y que tiene un aire oscuro. ¿Qué les diría?

Creo que esa imagen sólo pertenece a una minoría que también controla los medios de comunicación y, tal vez, una buena parte de los aparatos de los partidos. Aunque hay muchos prejuicios, saben que el BNG es un movimiento abierto y que solo queremos que Galiza tenga la posibilidad de gestionar sus recursos. En donde creo que hay egoísmo es en el centralismo español. Sin animadversión, hemos comprobado la hiperfinanciación en Madrid mientras se han desatendido los problemas en nuestro país y es porque desde el Estado español hay un intento de mantener una estructura centralista que resulta funcional para los grandes grupos económicos –que genera un grave problema como es el de la corrupción– y que niega la plurinacionalidad porque la considera amenazante para sus intereses.

Fuente
https://ctxt.es
Categoría
Etiquetas