Milena Ochoa Dos años de Duque: continuidad del neoliberalismo paramilitar

Uribe y Duque
Colombia Informa
Entrevista a
Milena Ochoa

El 7 de agosto se cumplieron dos años del Gobierno de Iván Duque. Para el pueblo colombiano, estos años han significado una arremetida contra sus derechos y un aumento de la violencia y la profundización de la crisis económica. Sumado a eso, a la fecha este país es octavo en el mundo con casos confirmados de la Covid-19 y se espera que el número de muertos siga creciendo.

Para entender ese panorama complicado, hablamos con Milena Ochoa, Directora de la Corporación para la Educación y la Investigación Popular-Instituto Nacional Sindical -CEDINS- e integrante del Congreso de los Pueblos.

Colombia Informa: Luego de dos años de la toma de posesión de Iván Duque, ¿cómo evalúan su mandato? Se decía en la campaña de 2018 que un voto para Duque básicamente era un voto para Uribe, ¿se ha cumplido esa expectativa?

Milena Ochoa: Sobre el balance del Gobierno de Iván Duque durante estos dos primeros años, debemos decir que es negativo para el pueblo colombiano, para la democracia, para el Estado Social de Derecho y para la búsqueda de la paz. El actual Gobierno es totalmente funcional a los intereses de la clase que representa: ganaderos, terratenientes, paramilitares, narcotraficantes y corruptos. Esto es cada vez más claro.

Uno aspecto clave tiene que ver precisamente con la búsqueda de caminos de paz con justicia social. El Gobierno actual incumple no solamente los acuerdos con las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC-, sino que bloquea la posibilidad de la continuidad de diálogos con el Ejército de Liberación Nacional -ELN-. Sin duda, esto es nefasto para nuestro país ya que estos acuerdos y los avances ganados a lo largo de la historia se comprenden como avances en esa construcción de la solución política al conflicto social y armado.

El acuerdo con las Farc se comprende como un acuerdo del Estado que compromete a los Gobiernos. Sin embargo, Iván Duque no ha tenido presente estos compromisos y ha generado un incumplimiento que va en contravía de las justas por la paz.

Otro elemento clave es la fuerte persecución y la violencia política. El asesinato de líderes y lideresas sociales, la persecución, la judicialización de líderes y lideresas sociales hace que para esta fecha tengamos más de 970 líderes y lideresas sociales asesinadas en Colombia. Está exacerbación de la violencia no cesa en medio de la pandemia. Todo lo contrario, se fortalece con las medidas de confinamiento y de aislamiento.

Sin duda, el Gobierno de Duque es la continuidad del modelo neoliberal con un fuerte componente de represión y de control social. El extractivismo continúa a pesar de las promesas de campaña (como la de que en Colombia no se iba a hacer fracking).

C.I: Colombia a pesar de ser una nación no tan grande está en los primeros 10 países con casos confirmados de Covid-19. ¿Cómo llegó a ese nivel? ¿Cuáles han sido los mayores errores de Duque en contener el contagio?

M.O.: Colombia es uno de los países con mayores niveles de contagio de Covid-19 por diferentes factores. Uno de ellos son las medidas que ha tomado el Gobierno, las cuales no podemos leer como equivocaciones o como errores pues son consecuentes con la política y con los intereses de la clase en el poder. Medidas de aislamiento sin una renta básica, sin un mínimo vital y sin garantías para las personas se convierten en medidas de control social que, acompañadas de la militarización creciente en los campos y en las ciudades, buscan evitar el estallido y las protestas sociales que se hacen inminentes frente a la desigualdad.

El 70% de la población en nuestro país vive en la informalidad y tiene trabajos absolutamente precarizados. Esto se convierte en una medida de control que no garantiza la protección ni evita el contagio ante la pandemia.

Asimismo, una serie de reformas que se han venido haciendo son totalmente desfavorables para todos y para todas en Colombia. Medidas que inyectan presupuestos públicos al sector privado y a los empresarios. Se activa la economía a través de días de descuentos de ofertas que generaron grandes aglomeraciones en los supermercados de diferentes sectores de las ciudades. Esta es una política que busca gestionar la pandemia de forma totalmente funcional a la economía pero no a la vida.

La pandemia acelera lo que ya era la tendencia de la crisis propias del capital. Entonces, la precarización de la vida, la privatización de la salud y la violencia patriarcal empiezan a agudizarse y a extenderse en medio de todo.

Los trabajadores y las trabajadoras somos quienes estamos soportando en su mayoría los efectos de toda esta crisis y de toda esta pandemia. Más del 70% de las personas que han fallecido son pertenecientes a los estratos 1 y 2. Son los trabajadores y trabajadoras precarizados que están saliendo a la calle a trabajar. Estamos ante una situación de sobrevivencia o contagio.

C.I.: Colombia conoció la noticia de que la Corte Suprema de Justicia ordenó medida de aseguramiento contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez. Duque no demoró ni tres horas en respaldar a Uribe. ¿Qué significa esa decisión para el pueblo colombiano y para el uribismo?

M.O.: La medida de aseguramiento de Álvaro Uribe Vélez significa para el uribismo un golpe en tanto que los desestabiliza. En el caso de Iván Duque le implica cambiar el lugar de comodidad que estaba permitiendo la gestión de la pandemia. La pandemia, de alguna manera, le permitió oxigenarse ya que su aceptación venía declinando en el sentido de la opinión pública y otros factores.

Ahora Duque tiene que enfrentar a la Corte Suprema de Justicia lo cual, como funcionario público y como Presidente, no puede hacer. Él debe respetar la decisión de la Corte. Incluso tendría que respaldarla en tanto que es un órgano que imparte justicia en el país. Pero su toma del camino contrario puede dar lugar a sanciones y a procesos disciplinarios. No puede hacer pronunciamientos a favor de su líder Álvaro Uribe Vélez.

Para el partido de Gobierno la reforma a la justicia era un asunto que venía planteando vía Congreso. Ahora el Centro Democrático lo plantea vía Asamblea Nacional Constituyente. Sin duda, si se quiere hacer un cambio a la justicia va a ser favorable a los intereses que tienen ellos. Generará mayor impunidad. En tal sentido, el partido sí empieza a virar y a cambiar ante la situación que se presenta.

De alguna manera, Álvaro Uribe Vélez siempre se caracterizó como un hombre con poder. Un varón patriarcal que no se podía cuestionar, que no se podía interpelar, que era prácticamente intocable. Creo que en ese orden de lo simbólico hay un golpe importante. La imputación de cargos que tiene en este momento sobre fraude procesal y soborno sería el delito menor y el problema menor para Álvaro Uribe Vélez en este momento.

¿Qué significa para el pueblo colombiano? Un reto enorme y un desafío para lograr justicia. No solamente con el caso de Álvaro Uribe Vélez porque él, como en muchos otros momentos de la historia de nuestro país, no ha actuado solo. Los crímenes de lesa humanidad, las masacres, las ejecuciones extrajudiciales, su vinculación con el narcotráfico hacen que su prontuario sea muchísimo mayor. Empresarios, otros gobernantes (locales y nacionales), las fuerzas militares, los paramilitares, los terratenientes, están involucrados en toda esta situación. Esperamos que toda esta judicialización logre avanzar realmente en un proceso de justicia. Que sea juzgado y sentenciado por los delitos que ha cometido en este país.

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https://www.colombiainforma.info
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