Uribe, el ex presidente detenido más elogiado y condecorado en España

 Álvaro Uribe durante su etapa de presidente. Foto: Neil Palmer
Roberto Montoya

A pesar de las graves acusaciones de connivencia con el narcoparamilitarismo que pesan desde hace décadas contra el ex mandatario colombiano, gobiernos, bancos, multinacionales y grupos mediáticos españoles lo han presentado durante años como modelo de libertad y democracia.

El 26 de junio de 2017 O.K. Diario entregaba a través de su director, Eduardo Inda, su primer Premio OK Diario a los Valores Democráticos. El elegido, nada menos que Álvaro Uribe Vélez, el ex presidente de Colombia (2002-2010) en detención provisional domiciliaria desde el pasado 5 de agosto por orden de la Corte Suprema, acusado de sobornos a testigos y fraude procesal.

En la información del evento publicada por O.K. Diario se elogiaba una y otra vez la ‘ejemplaridad’ de los mandatos del ex presidente colombiano y se reprobaba duramente a su discípulo y sucesor en la presidencia, Juan Manuel Santos.

“Uno se puede preguntar cómo es que su sucesor en la Presidencia del país no ha terminado de ser su digno heredero, como parecía en un principio, pues Juan Manuel Santos fue ‘ungido’ por Uribe para continuar su obra”, decía la nota.

El diario no solo reprochaba a Santos, ya presidente, por no haber seguido a rajatabla las instrucciones de Uribe, sino que inmediatamente después le hacía un peculiar reproche: “Y uno se lo puede preguntar porque Santos, reciente Premio Nobel de la Paz (2016), está logrando aparentemente culminar el proceso de paz de un país que ha vivido más de 50 años de violencia criminal: secuestros, extorsiones, reclutamiento forzado de menores para combatir o convertirse en esclavas sexuales, asesinatos, narcotráfico”.

El diario de Inda reprochaba así... que Santos firmara un acuerdo de paz que acababa con 50 años de guerra. Asumían de esta forma como propia la postura de Álvaro Uribe Vélez, quien siempre se opuso al diálogo como vía para acabar con el largo conflicto.

Tres años después la FAES, asumía una posición similar a O.K. Diario, tras conocer la detención de Uribe. “En Defensa de Álvaro Uribe” titulaba la fundación presidida por José María Aznar un comunicado publicado en su portal repudiando la decisión de la Corte Suprema a la que acusaba de estar “altamente politizada y cuestionada en su imparcialidad”.

La FAES denunciaba a la izquierda de estar detrás de esa decisión contra Uribe y acusaba a Juan Manuel Santos también por haber firmado los Acuerdos de Paz con las FARC. Según la FAES se “dilapidaron los esfuerzos que habían conseguido acorralar a la narcoguerrilla”.

No ha sido ni O.K. Diario ni ahora la FAES los únicos que en España han prodigado elogios semejantes a Uribe, el que según el registro del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC) lleva ahora el número de preso 1087985.

EEUU incluyó en 1991 a Uribe con el número 82 en una lista de 106 presuntos narcopolíticos

Casi veinte años atrás a Uribe se le había asignado otro número, el 82. Con ese número aparecía en una lista de 106 presuntos narcopolíticos elaborada por la Defense Intelligence Agency (DIA) de Estados Unidos en 1991.Desclasificada años más tarde, la lista fue publicada en agosto de 2004 por The National Security Archive de la Universidad George Washington, organismo que reprodujo en la misma información el comunicado presidencial (Uribe era en ese momento presidente) rechazando todas las acusaciones. Al final de la página 10 e inicios de la 11 de la lista elaborada por la agencia estatal estadounidense se puede ver la ficha de Uribe.

Esta es una traducción del original que se puede leer online:

“82. Álvaro Uribe Vélez. Político colombiano y senador dedicado a colaborar con el Cartel de Medellín a altos niveles gubernamentales. Uribe ha sido vinculado a negocios relacionados con drogas en Estados Unidos. Su padre fue asesinado en Colombia debido a sus conexiones con los traficantes de drogas. Uribe ha trabajado para el Cartel de Medellín y es amigo personal cercano de Pablo Escobar Gaviria. Él (Uribe) ha participado en la campaña política de Escobar para ganar el puesto de parlamentario suplente de Jorge Ortega. Uribe ha sido uno de los políticos que desde el Senado ha atacado todas las formas del Tratado de Extradición (de Colombia con los Estados Unidos) (…)”

A pesar de contar con esa información desde hace casi treinta años y de los cables diplomáticos de la embajada de EEUU en Colombia de 1992 y 1993 que citábamos en el artículo anterior, Estados Unidos aplicó con él su tradicional máxima: “Es todo eso pero es de los nuestros”

El vicepresidente de EEUU reclama a la Corte Suprema colombiana que levante el arresto domiciliario a Uribe, al que califica de “héroe”

En una muestra más de la injerencia de Estados Unidos en las decisiones del alto tribunal de Colombia, el pasado viernes 14 el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, tras hablar por teléfono con el presidente colombiano, Iván Duque, reclamó a través de su cuenta en Twitter la liberación de Uribe, al que calificó de “héroe”: “Álvaro Uribe se encuentra bajo arresto domiciliario, nos unimos a las voces de los amantes de la libertad en todo el mundo para pedir a las autoridades colombianas que dejen a este héroe, que ha recibido la Medalla Presidencial de la Libertad de Estados Unidos, defenderse como un hombre libre”.

El arresto domiciliario de Uribe no deja de ser bastante particular. Se encuentra 'arrestado' en una de sus haciendas, El Ubérrimo, una finca paradisíaca de 1.500 hectáreas, con ganado, caballos, un río que la atraviesa donde el ex mandatario pesca; numeroso personal para atenderle, amplio lugar para trabajar con sus colaboradores y para alojar a visitantes.

Ni la detención de Uribe ahora ni las numerosas causas judiciales abiertas en su contra ni todas las acusaciones que pesan sobre él desde hace décadas han impedido que siga siendo el ex presidente latinoamericano que conserva más poder e influencia política en su país e incluso fuera de él aún diez años después de haber terminado su segundo mandato.

La Corte Constitucional colombiana le impidió en 2010 reformar la Constitución para presentarse a un tercer mandato a pesar de la campaña que lanzó su partido advirtiendo de que sus seguidores saldrían en masa a la calle para rechazar ese veredicto judicial, algo que nunca sucedió.

Responsable político máximo de la guerra sucia contra la guerrilla que se cobró miles de víctimas civiles durante sus dos mandatos, Uribe apostó entonces por hacer campaña por Juan Manuel Santos, el que fuera su ministro de Defensa en aquellos años en los que el Ejército hacía tierra quemada en amplias zona rurales de Colombia y protagonizaba al igual que los paramilitares de las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) periódicas matanzas y ejecuciones extrajudiciales de campesinos en zonas de gran presencia guerrillera.

Uribe lanzó en 2016 una agresiva campaña contra la firma de los Acuerdos de Paz entre el Gobierno de Santos y la guerrilla de las FARC-EP

Santos ganó las elecciones presidenciales pero rechazó ser un títere de Uribe —algo que le reprochaba O.K. Diario—; se recicló como 'hombre de paz', con un talante muy distinto a su predecesor y mentor, lo que pronto provocó un gran distanciamiento entre los dos políticos.

Pero Uribe mostró pronto que no se contentaría con ser un ex presidente o un simple senador opositor. Creó en 2013 un nuevo partido, el Centro Democrático, que se convirtió en la principal fuerza política de la oposición, aglutinando a los sectores más ultraconservadores y la ultraderecha colombiana, y en 2016 libró su primer duro pulso al Gobierno de Santos.

Uribe lanzó una amplia y agresiva campaña contra las negociaciones de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC-EP (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo), a las que tanto había combatido junto a Santos, y logró que en el plebiscito que convocó el Gobierno para ratificar los Acuerdos de Paz ganara el NO.

A pesar de que solo participó el 37% del electorado y que el NO que impulsaba solo ganó por una diferencia de 60.000 votos, el resultado del plebiscito tiró por tierra con los pronósticos de las encuestas, y descolocó al Gobierno de Santos y a las FARC.Fue una gran victoria para Álvaro Uribe y un aviso a navegantes. No se lo iba a poner fácil a Santos.

La guerrilla y el Gobierno volvieron a negociar, incorporaron muchas de las enmiendas y propuestas hechas no solo por el Centro Democrático sino también por distintos movimientos sociales y se llevó al Parlamento una nueva versión meses después.

El nuevo texto recortaba algunas de las ambiciosas propuestas de reforma agraria; de sustitución de cultivos ilícitos; de integración de los ex combatientes; de mayor democratización del país, pero parecían ser la menos mala de las soluciones al conflicto bélico más prolongado de toda América.

Aún así el partido de Uribe no quiso ser “cómplice” de ese acuerdo, se retiró del hemiciclo y los Acuerdos de Paz salieron adelante y entraron en vigor a fines de 2016. Juan Manuel Santos coronó con esa firma su 'reciclaje' y por ello recibió el Premio Nobel de la Paz de ese año, lo que supuso su definitivo blanqueo.

Durante y después de su presidencia Uribe ha recibido numerosos premios en España por su ‘lucha por la libertad y la democracia’

A pesar de que Uribe fue acusado numerosas veces de relación estrecha con el narcoparamilitarismo ultraderechista colombiano desde inicios de los años '80 como recordábamos en otro artículo en estas mismas páginas días atrás y que tiene numerosas graves causas judiciales abiertas en Colombia, ni esos hechos ni el que haya boicoteado activamente los históricos Acuerdos de Paz de 2016, han sido obstáculo para que en España recibiera antes y después grandes elogios y condecoraciones.

No ha sido solo un medio de comunicación derechista, amarillo e instrumento de las cloacas policiales como O.K. Diario el que lo hizo. No, lo hicieron mucho antes y también después otros medios, dirigentes políticos, banqueros, grandes empresarios y representantes de distintos poderes fácticos españoles.

En 2006, cuando arreciaban en Colombia las denuncias contra su Gobierno por las sistemáticas violaciones de los Derechos Humanos perpetradas bajo el paraguas de la 'guerra contra el terror' —como Bush— Uribe era premiado por la Organización de Periodismo y Comunicación Iberoamericana (OPCI) “por su innegable tarea en el proceso de paz” y por su “constante combate al narcotráfico y el terrorismo internacional”.

La Mención Especial del Premio 2006 de la OPCI la recibió en su nombre en Madrid, en mayo de 2007, precisamente Juan Manuel Santos, quien entonces era estrecho aliado de Uribe y su ministro de Defensa.

Ese mismo año la Comisión Internacional contra Ejecuciones Extrajudiciales denunciaba a las fuerzas de seguridad del Estado como culpable de 995 ejecuciones extrajudiciales entre julio de 2002 y junio de 2007 y el jefe de la Policia, Jorge Castro, se veía obligado a dimitir después de que se revelara un amplio operativo de espionaje ilegal a políticos opositores, defensores de los derechos humanos y periodistas críticos.

En 2009, en momentos en que decenas de congresistas de su partido eran investigados por la Justicia por sus relaciones con el paramilitarismo y el narcotráfico, Álvaro Uribe era recibido con todos los honores en España, tanto por el Borbón hoy fugado como por el Gobierno de Rodríguez Zapatero y por Mariano Rajoy, y desayunaba en el Hotel Villla Magna con los ejecutivos de las principales multinacionales españolas.

 Durante ese viaje Uribe recibió en Madrid de manos de la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, del PP, el premio Cortes de Cádiz a la Libertad. El acto tuvo que celebrarse en Madrid para evitar las protestas de las 150 organizaciones de todo el mundo que lanzaron una campaña en su contra acusándolo de cómplice de delitos de lesa humanidad.

En 2010 se repitieron las protestas en Madrid en su contra durante una nueva visita suya, esa vez para recibir junto a José María Aznar el premio La puerta del recuerdo, concedido por la Fundación Universitaria San Pablo CEU.

En 2016 las protestas fueron aún más allá y Uribe tuvo que volverse a Colombia sin el premio prometido. La Universidad Internacional Menéndez Pelayo tenía previsto entregarle la Medalla de Honor 2016 “por su liderazgo político y defensa de los derechos humanos en Iberoamérica”. Parecía una broma macabra pero no lo era.

Sin embargo en esa ocasión algo se torció. Teniendo en cuenta los antecedentes del homenajeado, el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, y el periodista Paco Gómez Nadal recogieron 7.000 firmas para impedirlo, lo que hizo que esa Universidad decidiera anular el acto.

En 2019 el senador y ex presidente conservador volvía a España. El 28 de junio de ese año el programa Cinco Continentes de RTVE lo entrevistaba; en esos días lo hacía también la televisión autonómica gallega y Libertad Digital y mantenía una comida con ilustres amigos en el restaurante madrileño El rincón de Esteban a la que ABC calificó de “Cumbre de expertos en Madrid para homenajear a Álvaro Uribe”.

En ella estuvieron presentes, entre otros, Pablo Casado, Cayetana Álvarez de Toledo, Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, Isabel Díaz Ayuso, José Luis Martínez Almeida, Jonathan Malagón —ministro de Vivienda de Colombia—, o el eurodiputado del PP Leopoldo López, padre del golpista venezolano del mismo nombre que permanece asilado desde hace un año en la embajada española en Caracas.

Uribe impuso medallas a Florentino Pérez y a Jesús de Polanco

Durante aquel agitado viaje de 2019 Uribe entregó por su parte en el estadio Santiago Bernabéu, en nombre de la Fundación Revel, el Premio Revel Líderes 2020 a su amigo Florentino Pérez. La primera vez que se concedió dicho premio fue en 2010 precisamente a Uribe.

Álvaro Uribe ha correspondido en varias ocasiones con premios y medallas a políticos y empresarios españoles, tanto cuando era presidente como posteriormente.En 2005 otorgaba en Colombia la Orden Nacional al Mérito en el Grado de Gran Oficial a Jesús de Polanco, el fundador y presidente del Grupo PRISA, al inaugurar la nueva sede de emisoras de Caracol Radio, en cuyo capital entró en 1999 y que terminaría controlando como parte de PRISA Radio- Es la mayor red radiofónica en español con presencia en doce países latinoamericanos con una red de más de 1.200 emisoras. Uribe agradecía así a PRISA esa “muestra de confianza en nuestro país”.

Caracol Radio es la radio más importante de Colombia, con una decena de emisoras, una importante apuesta de PRISA y su inversión principal en ese país junto con Editorial Santillana, clave en la venta de libros de texto y libros digitales en veinte países de América Latina.

En 2007 Uribe condecoró también al entonces director del BBVA-Colombia, Luis B.Juango Fitero, en una ceremonia en la Casa de Nariño, la sede presidencial, como agradecimiento por ayudar “a transmitir a los inversionistas extranjeros una muestra de confianza en Colombia”.

En 1996 el BBVA se instalaba en Colombia, adquiriendo el 40% del Banco Ganadero y luego lo terminó comprando totalmente. Tiempo después se hizo también con el control del Banco Granahorrar.

Más de 500 empresas españolas están presentes en Colombia lo que explica las alabanzas y reconocimientos a Uribe y otros de sus gobernantes

Durante parte de la década de 1980 y 1990 —al finalizar la era de las dictaduras militares en la región— una ola de gobiernos neoliberales se expandió por América Latina bajo el auspicio de Washington y representó un imán para las multinacionales españolas, para la banca, grandes aseguradoras y constructoras, hidroeléctricas y poderosos grupos de comunicación.

Fue la época en la que la CEPAL comenzó a calificar a la región como la de mayor desigualdad social de todo el mundo, un ranking que aún mantiene pese a los avances logrados en la primera década del siglo XX por la ola de gobiernos progresistas.

En los '90 la corrupción de gobiernos como el de Menem, Salinas de Gortari, Collor de Melo, Fujimori y otros y su espíritu privatizador promovido por el nuevo paradigma económico, el Consenso de Washington (1989), coincidió con el comienzo en España de la ola de privatizaciones de empresas públicas y la internacionalización de las multinacionales impulsada por los gobiernos de Felipe González y que a partir de 1996 consolidaría José María Aznar.

Estas pudieron hacerse con el control de buena parte de los servicios públicos de casi todos los países latinoamericanos, de su agua, energía eléctrica, de sus hidrocarburos, telecomunicaciones, infraestructuras, banca, actividades inmobiliarias, fondos de pensiones y hasta de medios de comunicación y editoriales.

España es desde hace años el segundo inversor mundial en la región, solo después de Estados Unidos.En América Latina se conoció esa época de desembarco del capital español como la de ‘Los nuevos conquistadores’, o ‘La segunda conquista española de Latinoamérica’.

En el caso de Colombia la presencia española fue cada vez más importante. En los últimos años Colombia, junto con México y Chile se convirtieron en los lugares más atractivos para la inversión española por su ‘flexibilidad' laboral’, la casi inexistencia de aranceles a la importación y una política fiscal muy favorable que permite a las multinacionales extranjeras repatriar un porcentaje de sus beneficios muy superior a los que autorizan otros gobiernos.

En 2013 Cebrián reconocía que Radio Caracol era ya más rentable para PRISA que la SER

El 22 de junio de 2013 Juan Luis Cebrián, presidente ejecutivo de PRISA, sostenía ante la Junta de Accionistas en Madrid que América Latina representaba ya cerca del 27% del volumen en los ingresos del grupo. Según Cebrián, en plena crisis en Europa, esa región suponía no solo el “mejor mercado imaginable” sino también “una creciente área del influencia”. Cebrián aseguró en esa reunión que Radio Caracol era ya más rentable que la SER.

De ahí que tanto en los programas de esa cadena y de todos los medios de PRISA Radio, así como en la línea editorial de los medios de comunicación del grupo en España —El País, Cinco Días, As, Hufftington Post ,la SER, Los40, Radio Olé, Radio Dial, etc— se cuidara con un mimo muy especial a los gobernantes colombianos que facilitaron la presencia de PRISA presentándolos como adalides de la libertad y la democracia y ayudándolos a blanquearse.

Tanto Uribe como Santos han sido durante sus respectivos mandatos invitados especiales del Grupo PRISA a importantes foros en Madrid celebrados bajo el lema Invertir en Colombia, con participación de los principales representantes de las mayores multinacionales españolas, varias de ellas accionistas del holding o grandes anunciantes de El País y otros de sus numerosos medios de comunicación.

Según el último informe del ICEX España Exportación e Inversiones —actualizado al 5.11.19— hay actualmente 571 empresas españolas establecidas en Colombia, lo que refleja la importancia que tiene este país para la exportación española.En la Guía de Negocios en Colombia elaborada por el ICEX en 2017 para facilitar la inversión española en ese país, se dice que el nivel en stock acumulado de inversión bruta de España en Colombia desde 1994 hasta mitad de 2016, era de 14.939,8 millones de dólares, más de 12.000 millones de euros.

Esto explica el especial tratamiento que se ha dado a este país en las últimas dos décadas.El Grupo Planeta —La Razón, Onda Cero, Antena 3, La Sexta, Neox, Nova, Mega, Casa del Libro y más de 60 editoriales— controla El Tiempo, el principal diario de Colombia, está presente con Editorial Planeta y adquirió en 2019 la Universidad Élite de Bogotá.

A diferencia de la actitud adoptada con Venezuela, ni el Parlamento español ni los principales partidos y grupos mediáticos han condenado nunca el terrorismo de Estado y el narcoparamilitarismo de Colombia

A pesar de ser el país de toda América Latina y el Caribe donde el terrorismo de Estado bajo gobiernos civiles, la narcopolítica y las violaciones de los derechos humanos han estado omnipresentes, los gobiernos colombianos nunca ha sido objeto de condena ni en el Parlamento español ni en la Asamblea de Madrid ni en editoriales de los grandes grupos mediáticos de España.No sucedió durante los gobiernos de Uribe, ni los de Santos ni sucede ahora con Duque, discípulo de Uribe que lleva dos años en el poder y quien paradójicamente está obligado por su cargo a implementar unos Acuerdos de Paz contra los que siempre se ha pronunciado, al igual que su partido.

En momentos en que se investigan miles de ejecuciones extrajudiciales y se suceden los testimonios de miembros del Ejército ante la justicia transicional surgida de los Acuerdos de Paz, la hasta hace poco directora del Instituto de Medicina Legal, Claudia García, estimaba que podía ascender a 200.000 el número de cuerpos de víctimas de desapariciones forzadas sin exhumar aún.

Según un informe de febrero pasado de la oficina de Michelle Bachelet, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), durante 2019 fueron asesinados 108 líderes sociales, se produjeron 36 masacres que dejaron 133 muertos, una espiral de violencia que ha continuado en 2020 y que se ha cobrado también la vida de más de 220 ex combatientes de las FARC desde la firma de los Acuerdos de Paz de 2016.

Según la ONU, el Gobierno de Iván Duque no está cumpliendo con su obligación de defender a los líderes sociales y la situaciónde los DDHH en Colombia en 2020 es la peor desde 2014

La oficina de la Alta Comisionada, alertaba en ese informe de los peligros de la participación del Ejército en actividades de seguridad ciudadana y su respuesta desproporcionada a protestas sociales, y reclamaba al Gobierno de Iván Duque que llevara a cabo una reforma urgente del Escuadrón Móvil Antidisturbios de Colombia (ESMAD) “que no cumple los estándares internacionales”.El informe concluía con la aseveración de que Colombia está viviendo en 2020 la peor situación en derechos humanos desde 2014 y que el Estado no está cumpliendo con su obligación de defender a los líderes sociales.

Por su parte, en una entrevista a la BBC publicada el pasado 4 de marzo, el relator especial de la ONU para los Derechos Humanos, Michel Forst, denunciaba que el Gobierno de Iván Duque no lo dejaba volver a Colombia para finalizar su informe sobre la situación de los líderes sociales en ese país.

Según Forst, “Colombia sigue siendo el país con el mayor número de personas defensoras de los derechos humanos asesinadas en América Latina, y las amenazas en su contra se han disparado, en un contexto de altos índices de impunidad, pese a avances en esta materia”.

La detención de Uribe es una oportunidad para un cambio de rumbo, escribía Sinar Alvarado desde Bogotá el pasado 17 de agosto en The New York Times en español: “Álvaro Uribe nos acostumbró al escepticismo. Su inmunidad duradera nos llevó a pensar que la ley jamás lo alcanzaría”. “En este proceso cargado de interpretaciones políticas, Colombia necesita lo improbable, que los magistrados actúen sin presiones. Para que haya justicia, por supuesto. Pero también, y más importante, para confirmar que nuestra democracia y sus instituciones están por encima del caudillo que ha dominado la política nacional durante las dos últimas décadas”.

Y concluía con esta frase tantas veces repetidas últimamente por aquí, en el Estado español: “Esta es la mejor forma de demostrar que todos somos iguales ante la ley”.

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https://www.elsaltodiario.com
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