Siria y Venezuela pilares del eje antiestadounidense

José Biomorgim, embajador venezolano en Siria y el presidente Bashar al-Ásad
Al Mayadeen

José Biomorgim, embajador venezolano en Siria sostuvo un diálogo con Al Mayadeen sobre la recuperación económica del país suramericano y las alianzas con los gobiernos que apuestan por la multipolaridad.

Las sanciones de Estados Unidos a Venezuela acalzaron sus límites máximos, así lo revela un informe emitido el mes pasado por la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de EE.UU., que explica que las medidas han causado obstáculos para los trabajadores humanitarios en Venezuela.

Además han perjudicado al pueblo en general, que enfrentó escasez de alimentos y combustible, disminución de salarios y un deterioro en los sectores de servicios.

Sin embargo, a pesar de este bloqueo, "el pueblo venezolano sigue consciente de la idea de que su enemigo es Washington, y no los partidos de adentro", aseguró a  Al Mayadeen el embajador de Venezuela en Siria, José Biomorgi.

El sector petrolero es el que más sufre. El país que es considerado el dueño de las reservas de crudo en el mundo, recibía muchas ganancias, vendía solo a Estados Unidos cerca de un millón de barriles diarios antes de las sanciones, según Biomorgi.

Venezuela enfrenta muchas pérdidas como resultado de estar privado del mercado mundial del petróleo, especialmente porque la economía no se basa en la industria y la agricultura, sino en el sector petrolero (95 por ciento de los ingresos del país en divisas y 70 por ciento de los financieros).

Las medidas de EE.UU. redujeron la producción de petróleo de dos millones de barriles por día en 2017. La administración de Donald Trump comenzó a imponer sus primeras sanciones, y se producían menos de 150 mil barriles por día. Asimismo, la incautación de bienes en el exterior provocó una pérdida de más de 35 mil millones de dólares, que llevó al borde de la bancarrota.

El período entre 2015 y 2020 fue el más duro, según Biomorgi, los productos alimenticios se perdieron y la atención de la gente se centró en asegurar un sustento. El hambre se estaba volviendo cada vez más intensa. El gobierno, mediante medidas por la hiperinflación, atrajo inversiones extranjeras.

El presidente Nicolás Maduro tomó la decisión de dar más libertades en el campo de la inversión, y se hizo posible para todos comerciar en dólares, euros y cualquier otra moneda. También se apoyó a los sectores agrícola e industrial lo que permitió superar muchos obstáculos, según declaraciones del nuevo embajador plenipotenciario en Damasco.

Además, las autoridades abolieron los impuestos sobre los bienes importados del extranjero para bajar sus precios, lo que ayudó a aumentar las ventas en el país.

Para apoyar la inversión extranjera el gobierno venezolano ordenó el establecimiento de un centro preocupado por proteger a los inversores y asegurar ganancias, lo que contribuyó a atraer más capital.

Las libertades económicas, según Biomorgi, no significan cambiar a un estilo económico libre, sino más bien aliviar las cargas del gobierno y aumentar las asociaciones del sector privado, en un país cuyo gobierno controla las articulaciones de las instituciones económicas.

El diplomático venezolano señala que a la firmeza de Venezuela frente al embargo también contribuyó el apoyo de aliados como Irán, China y Rusia, más bien estas relaciones se fortalecieron en el período reciente.

El embajador calificó la relación entre Teherán y Caracas como "fraternal" y basada en la cooperación conjunta en períodos críticos y difíciles, que es lo que culminó con la firma por parte de los presidentes de Venezuela e Irán de un acuerdo para ampliarla por 20 años.

El diplomático de Caracas en Damasco dijo que ambos países constituyen un modelo en el sistema global que vive un cambio hacia el pluralismo. Las dos supieron resistir a pesar de los incesantes intentos de derrocar a sus gobiernos, a pesar de las transformaciones políticas vecinas que las afectaron negativamente.

Venezuela perdió varios de sus aliados de izquierda a lo largo de los años debido a golpes o elecciones en las que ganó la derecha, pero los dos países están viendo avances, en primer lugar por adaptarse más a las sanciones y trabajar para superarlas, y en segundo lugar por el apoyo concertado de los aliados, especialmente con la marea de izquierda que el continente latino está presenciando.

Las izquierdas han tomando el poder en Chile, Honduras y Colombia, este último, que tiene la mayor frontera con Venezuela fue punta de lanza antes de que Gustavo Petro asumiera la presidencia y restableciera relaciones con Caracas.

Hoy, después de casi seis años de sanciones integrales, Estados Unidos está considerando aliviarlas para que la Repúbica Bolivariana pueda bombear petróleo al mercado global, en un reconocimiento semioficial de la necesidad de Washington de las capacidades petroleras venezolanas, con lo que demuestra el fracaso de la política de bloqueo que no logró reemplazar al presidente, quien recientemente anunció su disposición a realizar elecciones anticipadas, según comentó el jefe de la misión en Siria.

La firmeza de Venezuela llevó a la firmeza de la izquierda en América del Sur, y la firmeza de Siria contribuyó a la firmeza de Medio Oriente a no caer en manos de Washington. Biomorgi, señaló que los dos países avanzan a pesar de los desafíos, para ser pilares en el nuevo eje antiestadounidense.

Fuente
https://espanol.almayadeen.net