Cincuenta personas continúan parando las obras de Aroztegia, el Marina d’Or del Baztan

Primer día de la acampada para parar las obras del proyecto urbanístico en Aroztegia. Arkaitz Zudaire
Gessamí Forner

 “Pretenden cubrirnos de cemento”, indica el grupo acampado desde hace una semana que ha paralizado los primeros trabajos de construcción.
 
 Lekaroz es un hermoso pueblo de 341 habitantes del valle del Baztan (Navarra), a dos pasos de Elizondo, el municipio que se hizo famoso con la trilogía de la escritora Dolores Redondo. Palacio De Arozteguia S.L. es una empresa que ha conseguido una licencia para construir en Lekaroz 228 chalés, un hotel y un campo de golf. ¿Puede una empresa invadir un pueblo para construir más viviendas de las que hay en la actualidad y talar árboles para esculpir un campo de golf? Con amigos, cualquier Marina d’Or es posible.

Garbiñe es vecina de Lekaroz. Ella también tiene amigas y juntas llevan acampadas desde el viernes 16 de abril en la zona donde han empezado las obras de construcción del proyecto Aroztegia. No tienen intención de moverse hasta paralizar las obras completamente. De momento, han parado el uso de las motosierras que talaron los primeros árboles, la entrada de los camiones que se llevaron la leña y han impedido que la empresa adjudicataria de las obras construya un puente para que las máquinas crucen el río.

“No nos vamos a mover de aquí hasta que se paralice este proyecto, que supone la destrucción y desaparición de nuestro pueblo. Pretenden cubrirnos de cemento”, sostiene el grupo acampado para paralizar las obras

El primer día, la Policía Foral de Navarra identificó a las activistas y las grabó. Los siguientes, han recibido la visita de la Guardia Civil. La presencia policial en el pueblo y en los municipios colindantes es constante, donde también realizan identificaciones.

Como responsable de la comunicación del grupo acampado, Garbiñe expresa su sentir: “No nos vamos a mover de aquí hasta que se paralice este proyecto, que supone la destrucción y desaparición de nuestro pueblo. Pretenden cubrirnos de cemento”.

No lo dice de forma literaria, sino literal y ahí está el meollo de este asunto: “Este proyecto arrancó hace unos quince años, en el periodo de las ilegalizaciones a partidos políticos. La empresa Palacio De Arozteguia S.L. compró 45 hectáreas de tierras agrícolas y el Ayuntamiento del Baztan las recalificó como suelo urbano, a pesar de la oposición del pueblo de Lekaroz y del valle”, explica el actual alcalde del Baztan, Joseba Otondo (EH Bildu). “Fue un pelotazo urbanístico”, añade.

Pelotazo urbanístico

Por estas palabras, la anterior alcaldesa, de Bildu, fue denunciada. Otondo va por la cuarta querella. Dice que ahora mide sus palabras y las consulta con su abogado, pero que las cosas son lo que son. “Pelotazo urbanístico”, repite. Las tres primeras demandas han quedado archivadas, falta por resolverse la cuarta.

La acogida que ha tenido en el valle la acampada, compuesta por unas 50 personas de día y aproximadamente la mitad durante la noche, ha sido muy buena: vecinos les han llevado comida y les ayudan como pueden. Los dos caseros y caseras con los que ha hablado El Salto tampoco están contentos. Prefieren no dar su nombre, pero consideran que les han robado las tierras. Aunque es más complicado que eso, explica el alcalde: la empresa pretende que ellos formen parte del proyecto, tanto en las costas como en los beneficios, si los hubiere (¿cuál es el beneficio económico de costear una red de saneamiento?).

“Estamos metidos dentro de un PSIS para el que se saltaron a la torera la normativa navarra”, explica un propietario por teléfono. “Vender no hemos vendido nadie, pero nos han quitado la tierra a todas”, explica otra. De las 45 hectáreas recalificadas, no todas son de la promotora, sino que una veintena de prados privados y comunales han quedado dentro de esa área.

Segundo movimiento: PSIS

Además de la recalificación de suelo rústico a urbano aprovechando un espacio temporal en el que el PNV gobernó el Valle, mediante la coalición Nafarroa Bai, pocos años después llegó el siguiente movimiento político que explica porqué este mega proyecto urbanístico pudo seguir su andadura: “A cinco días de la finalización de la legislatura 2011-2015, el Gobierno de Navarra, para gran sorpresa de todos, tramitó el proyecto como un PSIS”, explica el alcalde del valle.

Un PSIS es una figura administrativa propia de Navarra, un Plan o Proyecto Sectorial de Incidencia Supramunicipal. Una carretera, por ejemplo. “La legislatura siguiente, 2015-2019, se llenó de pleitos judiciales para intentar para el PSIS”, apunta Joseba Otondo. No ganaron ni uno. Plantearon consultas populares, en las que primero Lekaroz y luego el valle mostraron su rechazo al mega proyecto urbanístico.

Durante ese periodo, el que fuera el presidente del PNV de Navarra, Manu Ayerdi, ostentó el cargo de vicepresidente de Desarrollo Económico, cargo que renovó con María Chivite como consejero de Economía hasta que fue cesado el 29 de enero de 2021, cuando el Tribunal Supremo le imputó dos presuntos delitos de prevaricación y de malversación de caudales públicos en la concesión de seis préstamos por un importe de 2.600.000 euros entre 2015 y 2017 a la empresa Davalor Salud SL.

Desde que el proyecto quedó conformado como un PSIS el Ayuntamiento del Baztan no tiene capacidad de incidencia, solo pueden acogerse a lo que otras instituciones superiores en rango alegan, como el informe de la Institución Príncipe de Viana, que se encarga de velar por el patrimonio navarro y alertó de que el proyecto de hotel no cumplía la normativa de rehabilitación de edificios históricos, y la ley de contratos públicos de Navarra —la empresa del proyecto tuvo que anular el anuncio de licitación de las obras que han empezado en el Baztan.

“Pero aquí hay unas cuestiones que claman al cielo”, añade el alcalde, “porque nosotros vamos cumpliendo lo que dice la ley pero el Tribunal de Contratos Públicos es un tribunal administrativo que no entra dentro del aparato del poder judicial, por lo que carece de mecanismos para hacer cumplir sus resoluciones”, se queja Otondo. “Hay dos varas de medir: una para las entidades locales y otra para los promotores”.

“Que en 2021 todavía tengamos que tragar con un proyecto de este tipo me resulta inaudito”, afirma el alcalde del Valle del Baztan, Joseba Otondo

Competencia autonómica o competencia municipal

Llegados a este punto, critica la “actitud del Gobierno de Navarra, que está siendo el valedor del PSIS, deben actuar para hacer valer el principio de legalidad y llevar a cabo labores de vigilancia”. Por su parte, el Gobierno de Navarra respondió por escrito el 23 de marzo al Ayuntamiento del Baztan asegurando que “esta administración no es competente para la supervisión del proceso de ejecución de las obras de urbanización”, argumentando que es competencia del consistorio municipal “la supervisión y vigilancia de las obras”, con las “correspondientes garantías y avales”, así como “la conservación y mantenimiento de la urbanización una vez sea recepcionada”.

Otondo sabe que lo único que podría parar el proyecto Aroztegia es la contestación popular. En ella deposita sus esperanzas. “Este modelo urbanístico es el que marcó la característica propia de la crisis de 2008 en España, cuyas particularidades eran distintas a las de Europa. Durante los años de parranda, los promotores y bancos se beneficiaron y cuando llegó la pifia, el Estado rescató a los bancos con millones del erario público que se traspusieron en recortes a la clase trabajadora. Que en 2021 todavía tengamos que tragar con un proyecto de este tipo me resulta inaudito”, concluye.

Varios barrios diseminados por el monte y 15 pueblos forman el Valle del Baztan. Casi 8.000 habitantes que comparten —así ha sido históricamente— un único ayuntamiento, aunque cada pueblo celebra sus propias asambleas, respetando la institucionalización originaria: los batzarre (asambleas, en euskera) y la Junta General del Valle.

Última hora

Tras siete días de acampada, a las 20 horas de ayer viernes, la empresa Tex retiró la maquinaria de Aroztegia. El grupo de acampada indica hoy que seguirá en las tiendas de campaña, tras no saber si esta marcha es definitiva o las máquinas volverán. En un comunicado de prensa resaltaron el trabajo colectivo para paralizar este proyecto frente a una sociedad que tiende a la individualización.

Fuente
https://www.elsaltodiario.com/
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