Egiari Zor detalla las catorce víctimas mortales de tortura y reivindica su reconocimiento

Ofrenda floral hoy en el Antiguo. (Maialen ANDRES | FOKU)
Ramón Sola

Catorce vidas cercenadas, con nombres y apellidos; ocho con Franco en vida y seis después. En el Día Internacional del Derecho a la Verdad, Egiari Zor ha difundido un vídeo de 21 minutos que recuerda sus casos uno a uno. Y ha realizado una ofrenda floral en un lugar emblemático de Donostia.

os nombres de Joxe Arregi o Gurutze Iantzi están en el subconsciente colectivo vasco ligados para siempre a la tortura. Otros como Javier Escalada o Manuel Thomas Gomes serán seguramente desconocidos para casi todos. La lista se completa con diez más; catorce víctimas mortales de la tortura en Euskal Herria en total, en estas últimas seis décadas, que han sido recogidas por Egiari Zor en este vídeo.

El trabajo se presenta con motivo del Día Internacional del Derecho a la Verdad, este miércoles 24 de marzo. En el Antiguo de Donostia el colectivo ha realizado a mediodía un acto en el que reivindicará su reconocimiento. Antes de ello, este vídeo ha mostrado la punta del iceberg trágica de una realidad que, según recuerdan, ha deparado ya 5.657 casos certificados en distintas investigaciones que siguen su curso.

Pocos de ellos tienen reconocimiento oficial. El de Mikel Zabalza (1985) es el que ha cobrado más actualidad estas semanas. Pero antes que él perdió la vida tras terribles torturas Mercedes Antxeta, venezolana que se encontraba de vacaciones en Donostia en 1961 y cayó en manos de Melitón Manzanas; también Vicente Lertxundi, militante anarquista donostiarra; Manuel Thomas Gomes, de origen portugués; José María Quesada, apaleado y fallecido sin que se conozca siquiera cuánto tiempo estuvo detenido; o Javier Escalada, detenido en Iruñea por la Brigada Político-Social.

El nombre de Antonio Goñi también ha salido a la luz recientemente por el 50 aniversario de su muerte, producida en el contexto de la represión anexa al Proceso de Burgos; se suicidó angustiado por los tormentos padecidos. Todavía en el franquismo perdieron la vida por torturas Alfredo Valcárcel y Juanjo Munduate, ambos torturados en Indautxu.

La tortura fue el «legado perverso del franquismo», recuerda Egiari Zor, pero «el sistema» siguió vigente después, privilegiando la ocultación de esta lacra. Así se llevó por delante la vida del médico de Oiartzun Esteban Muruetagoiena (1982), un año después de la de Joxe Arregi. Luego llegaría el fallecimiento de Juan Calvo, detenido por la Ertzaintza, y los de Gurutze Iantzi y Xabier Kalparsoro, casi en el mismo día de 1993.

Son precisamente personas torturadas las que detallan sus casos, uno a uno, en este documento impactante. Un trabajo que concluye con el recuerdo de Egiari Zor de que ninguna instancia oficial los ha reconocido todavía y que la memoria colectiva vasca nunca estará completa sin sus nombres y apellidos.

Ofrenda floral y mensaje: «Basta de excusas»

A la presentación del vídeo le ha acompañado una ofrenda floral en el Antiguo (Donostia), en un lugar referencial porque de ahí era José María Quesada Lasarte, una de las primeras víctimas mortales de la tortura.

Antes que nada Egiari Zor ha profundizado en su caso: «Fue detenido en numerosas ocasiones desde el año 1958 hasta el 1962. En esta última ocasión, tras ser torturado en la comisaría de Donostia, fue enviado a la Dirección General de Seguridad de Madrid, y allí continuó su calvario, hasta que ingresó en la cárcel de Carabanchel, con la cabeza deformada por los golpes que recibió, las rótulas a la vista, sin poder caminar y con unos dolores de cabeza horribles. Fue juzgado en consejo de guerra, y salió libre en octubre de 1963, con motivo de un indulto que el régimen de Franco declaró por la muerte del papa Juan XXIII. Pero sus problemas de salud fueron en aumento: durante los próximos años le practicaron hasta tres operaciones, una en el oído y dos en el cerebro, todas como consecuencia de los golpes que había recibido en la cabeza mientras era torturado. Pese a ello, su situación continuó empeorando, y finalmente falleció en enero de 1968». Una década de calvario, por tanto.

«Hoy, 24 de marzo, en este Día Internacional del Derecho a la Verdad, desde Egiari Zor Fundazioa reivindicamos que, pese a que han pasado ya 54 años de la muerte de Jose María, su caso, al igual que el de las otras 13 personas muertas por tortura, continúa sin reconocimiento ni verdad. Que los responsables de todas estas brutales torturas, los ejecutores materiales y las instituciones responsables, continúan gozando de total impunidad. Y que ya es suficiente», afirma este colectivo de víctimas.

«Se habla de la necesidad de educar en valores éticos y en el respeto a los derechos humanos, de la necesidad de rechazar y deslegitimar la violencia, pero haciendo mención a una sola de las muchas violencias que han protagonizado largas décadas de confrontación armada. Observamos atónitas todavía cómo representantes políticos e institucionales buscan excusas con las que diluir las responsabilidades políticas derivadas de la decisión de torturar y matar desde los poderes públicos. Para que sea creíble el rechazo a la violencia, a toda violencia, debe utilizarse el mismo rasero para todas ellas: a misma vulneración, mismos derechos».

En referencia concreta a la tortura, han apuntado que «no fue cosa de algunos policías. La tortura fue posible gracias a la colaboración de médicos forenses, jueces, abogados, medios de comunicación, responsables gubernamentales del momento, dirigentes de algunos partidos políticos, etc».

«Hoy, aquí, queremos reivindicar que ya es suficiente. Es imposible construir una convivencia democrática en el futuro si no reconocemos esas muertes, esas graves vulneraciones de derechos», ha remarcado. «Sacar la verdad a la luz es una cuestión de justicia. Y recordar los nombres de esas vidas arrebatadas por la tortura, es la mejor manera de garantizar que esto no vuelva a ocurrir. No olvidemos, pues», concluye el mensaje de Egiari Zor.

Fuente
https://www.naiz.eus
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