La historia de cómo "El Nacional" pasó a ser un medio derechista

En un reporte fechado el 25 de mayo de 1961 y clasificado como "top secret", Boas informó a Londres sobre la evolución "satisfactoria" de la operación contra el diario caraqueño (Foto: BBC Mundo)
Misión Verdad

El diario venezolano El Nacional es uno de los medios de comunicación antichavistas que se ha asumido como bastión de la oposición desde que las corporaciones mediáticas, el imperialismo y grandes poderes económicos decidieran adoptar una línea dura contra la Revolución Bolivariana.

Sin embargo, no siempre tuvo esta visión y narrativa de derecha. De hecho, desde su fundación, en 1943, se convirtió en uno de los referentes del periodismo y de la lucha por la democracia, logrando, incluso, ser un faro para los movimientos de izquierda que primero lucharon contra el autoritarismo y, posteriormente, contra los gobiernos del Pacto de Punto Fijo que traicionaron el gran conglomerado de partidos y movimientos que se unieron contra la última dictadura militar del país, la de Marcos Pérez Jiménez.

Y es que fue también un referente cultural en tanto que en El Nacional confluyeron personajes de la vida artística que contribuyeron a delinear el quehacer cultural en Venezuela. Vale destacar que por ese diario pasaron escritores destacados como Arturo Uslar Pietri, Oscar Guaramatos, Miguel Otero Silva, entre otros, siendo este último uno de sus directores y fundadores más destacados por su peso en el mundo narrativo del país.

El viraje de El Nacional

De todos los procesos por los que ha pasado este diario venezolano, uno de los más notorios fue el del cambio radical en su narrativa y directiva hace más de 60 años. ¿Qué elementos intervinieron para que sucediera este cambio de paradigma en un momento en el que definían procesos políticos a nivel local, regional y global?

Recientemente, la BBC publicó un nota en la que se revela, tantos años después, "la operación secreta británica detrás del boicot al principal periódico de Venezuela en plena Guerra Fría".

"Documentos desclasificados entre 2019 y 2020 obtenidos por BBC Mundo revelan que esta operación fue creada y orquestada por los servicios de inteligencia británica, que buscaban debilitar al diario, al que señalaban de tener simpatías con el comunismo", refiere el medio.

El cambio radical ocurrió en 1963 cuando El Nacional, principal diario en esa época, informó al país que, tras un cambio entre sus accionistas, ahora tenían un nuevo presidente, una nueva junta directiva, un nuevo director y unos nuevos estatutos de la redacción. ¿Cómo lograron que se diera este cambio?

Lo resaltable de este hecho histórico para el periodismo venezolano y para la cultura en general no fue el suceso en sí, sino la operación quirúrgica que estuvo detrás, las motivaciones, los factores externos que intervinieron, el contexto y lo que representó para el devenir de la sociedad, así como lo que definió a ese diario hasta entonces.

Informe "top secret" de la inteligencia británica sobre el diario "El Nacional" (Foto: BBC Mundo)

Breve contexto

El cambio en la narrativa y directiva de El Nacional fue el cierre de un proceso que empezó unos años antes, y en el que participaron agentes diplomáticos, políticos, poderes económicos y el servicio de inteligencia británico (y el reporte infiere que asimismo el estadounidense), que tal vez sea uno de los elementos que más sorprenda, debido a que no era un espacio natural en el que se desenvolviera, pero que sí era posible en tanto que el contexto de la Guerra Fría lo permitía.

Para entender un poco la maniobra hay que situarse en el contexto del mundo bipolar del siglo XX, en el que cada terreno, tanto físico como intelectual y cultural, era un territorio en disputa por los dos grandes ejes de poder que ejercían mayor influencia al mundo para ese entonces.

Además del contexto global, en Venezuela confluían otros procesos que hacían aún más complejo el panorama.

En primer término, el descontento social, entre otros, devino en el surgimiento de las guerrillas durante la Cuarta República y un periodo de violencia que caló en todos los sectores de la sociedad. En segundo, dicha violencia también llegó a las esferas culturales, que natural e históricamente estuvieron dominados por la izquierda.

Obviamente, cualquier elemento que sirviera de parlante a esas ideas revolucionarias o que no tuvieran consonancia con los gobiernos serviles a Estados Unidos iban a constituir una piedra de tranca, tanto para los intereses locales como foráneos. Es así como El Nacional constituyó un vehículo peligroso de ideas para el poder imperante.

En realidad la campaña estaba orientada contra Fidel Castro y la Revolución Cubana, el único faro revolucionario en la región por mucho tiempo, hasta que se sumaron otros procesos progresistas.

Cómo lograron el cambio de paradigma

El gobierno británico se propuso asfixiar el periódico mediante la estrategia de cortar el flujo de recursos y fuentes de financiamiento, que naturalmente eran avisos publicitarios por los que recibía gran parte del dinero.

"El año pasado, por medios retorcidos, esta oficina persuadió a las principales organizaciones económicas aquí para que dejaran de publicar avisos en 'El Nacional'. Esto forzó al periódico -el más grande de Venezuela con propietarios y personal comunista- a abandonar su campaña en favor de la expropiación de empresas extranjeras y la agitación comunista", refiere la BBC sobre un informe secreto de Leslie Boas, quien para ese momento era primer secretario de la Embajada de Reino Unido en Caracas.

De acuerdo a la BBC, Boas fue el encargado en Caracas del Departamento de Investigación de Información (IRD, por sus siglas en inglés), dedicado a las tareas de propaganda e influencia en la década de 1960, pero además compilaba información sobre grupos y personalidades procomunistas.

¿Qué métodos aplicaron para dejar que las empresas dejaran de pagar por publicidad? Pues la estrategia imperial habitual: la extorsión, maniobra que empezó en 1961.

"Por teléfono, en cartas anónimas, con la amenaza y la calumnia como armas, tratan de presionar a las empresas comerciales para que retiren sus anuncios de las páginas de nuestro diario", publicó el diario en aquella oportunidad.

Además de que las empresas estadounidenses retiraron la publicidad del diario, que constituía una gran entrada de dinero, la burguesía criolla, las grandes compañías venezolanas y el poder económico local, así como otros medios que fungían como competencia, se sumaron al boicot contra El Nacional, hasta que lograron torcer la línea editorial.

"Junto a empresas norteamericanas como Sears, General Electric, Pan American, Standard Oil (Creole), que retiraron los anuncios del periódico, se alinearon las más importantes de capital venezolano como las empresas del Grupo Mendoza, la Electricidad de Caracas, los Vollmer, la banca, etc., empeñados en hacerlo cambiar su línea informativa", escribió Boas.

¿Por qué el gobierno británico?

De acuerdo con las declaraciones de Rory Cormac, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Nottingham, en Reino Unido, a la BBC, si bien aparentemente no había una razón directa para que el gobierno británico arremetiera contra un medio de circulación venezolano, los ingleses buscaban la manera de apoyar a Estados Unidos ante el peligro de lo que significaba la consolidación de un gobierno de izquierda con las potencialidades de Venezuela para la región. La iniciativa fue un acto servil a los intereses imperiales de Occidente en el contexto del mundo bipolar.

El 8 de junio de 1961, "El Nacional" decidió alertar por primera vez a sus lectores sobre la campaña desatada en su contra (Foto: Archivo)

Para el profesor también había otra motivación y "tenía que ver con las oportunidades de negocio que estaban surgiendo en la región".

Acabar con el comunismo representaba una puerta abierta para los negocios y la inversión en países como Brasil y Venezuela, que "en desarrollo" durante esa época.

Lo que sorprende a estas alturas, incluso al estudioso de las operaciones encubiertas británicas realizadas desde el final de la Segunda Guerra Mundial, es que hayan usado el servicio de espionaje inglés, M16, para operaciones en este continente, ya que generalmente era la CIA quien se ocupaba de la región.

Lo que vino después es historia. La falta de entrada de recursos por concepto de publicidad devino en una muerte lenta del diario hasta que hubo la renovación total de su directiva y editorial. Se estima que El Nacional perdió unos 3 millones de dólares, que evidentemente se notó por la disminución del tiraje y la reducción del número de páginas.

"(...) las provocaciones surtieron efecto demoledor en los primeros instantes y que un número considerable de casas comerciales retiró sus anuncios de este diario amedrentadas por el terrorismo verbal de los chantajistas", reseña la BBC de una publicación del diario de principios de los años 60.

El cambio en la narrativa finalmente se dio con la salida de Miguel Otero Silva de El Nacional, escritor vinculado a publicaciones izquierdistas como el semanario humorístico El morrocoy azul, entre otros, recordado por su crítica ácida a los gobiernos de la época. Y es que el cambio era de esperarse en tanto que el nuevo director, Raúl Valera, era socio de un bufete de abogados que representaba los intereses del magnate estadounidense Nelson Rockefeller en Venezuela.

Paradójicamente, con todo el daño que le hicieron a El Nacional, dicho medio sigue alineado a los intereses imperiales que bloquean a Venezuela. Si bien no fue la CIA o el Departamento de Estado de Estados Unidos, fue el mismo mecanismo de extorsión aplicado por la inteligencia británica.

Estos mecanismos de intervención por parte de Reino Unido y Occidente tienen su correlato en la actualidad, pero a través de mecanismos distintos. Los británicos siguen tratando de torcer la narrativa a través de la inyección de recursos.

Este año, Declassified UK publicó una investigación en la que se revela el financiamiento a sectores del periodismo para "influenciar las agendas mediáticas locales y nacionales" venezolanas.

"El proyecto para influenciar la agenda mediática en Venezuela está siendo impulsado a través del Fondo de Conflicto, Estabilidad y Seguridad (CSSF, por sus siglas en inglés). En su estatuto, el gobierno británico describe al Fondo como un instrumento que apoya proyectos en extranjero configurados para abordar el conflicto y la inestabilidad que amenazan los intereses del Reino Unido", señala una investigación de esta tribuna.

Como se puede observar, los mecanismos imperiales para imponer la narrativa y cambiar gobiernos que no son complacientes son los mismos, bajo circunstancias diferentes. El papel de las agencias de inteligencia occidentales suele involucrar este tipo de historias que pueden torcer la historia contemporánea de una organización o incluso de un país.

Fuente
https://misionverdad.com
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