La determinación de los prisioneros palestinos

Manifestante palestino
Charlotte Kates (Samidoun)

Como cada día en Palestina, amanece con decenas de reportajes sobre los ataques nocturnos, las detenciones y las invasiones de las fuerzas de ocupación israelíes. No solamente en el marco del reciente levantamiento donde más de 2 400 palestinos han sido detenidos y 500 palestinos de la Palestina ocupada en 1948 (ciudadanos palestinos de Israel) se han convertido en objetivo de detención en el marco de la operación “Law and Order”. Por supuesto, el encarcelamiento constituye un elemento fundamental en el arsenal colonial de Israel desde 1948. Sin embargo, pese a que el encarcelamiento ha sido utilizado para suprimir la resistencia palestina y hacer fracasar el movimiento de liberación palestino, los prisioneros palestinos han sabido mantenerse como líderes políticos y como símbolos de firmeza en el conjunto de la lucha.

El encarcelamiento como técnica colonial no comenzó con el sionismo, un buen número de las prácticas infames utilizadas ahora (la detención administrativa, el encarcelamiento sin inculpación ni proceso, que puede ser renovado varias veces durante años) fueron introducidos por el mandato colonial británico, y después adoptado con mucho entusiasmo por el proyecto sionista. La práctica de las demoliciones de casas utilizada ahora para castigar a las familias, a las comunidades y a los amigos de los prisioneros y de los resistentes palestinos, ya fue utilizada por los colonizadores británicos que hacían explotar las casas de los palestinos que luchaban contra el colonialismo.

El encarcelamiento no es utilizado solamente como un arma contra el movimiento palestino en el interior de Palestina ocupada. Las potencias imperiales como los EEUU, Francia y el Reino Unido otorgan un apoyo político, económico y militar casi ilimitado al Estado israelí, despreciando el rechazo masivo de una gran parte de sus ciudadanos, como lo prueban los centenares de miles de personas que en esos países han descendido a las calles a lo largo del mes de mayo para apoyar a Palestina.

En los EEUU, junto a prisioneros políticos negros, indígenas y otros, también hay prisioneros políticos palestinos: son los Holy Land Foundation Five, condenados a penas que van hasta los 65 años por su acción caritativa a favor de Palestina, bajo las falsas acusaciones de “apoyo material al terrorismo”. En Francia, Georges Ibrahim Abdallah, combatiente árabe libanés por Palestina, lleva encarcelado más de 37 años. En el Norte de Irlanda, el doctor Issam Hijjawi, un médico palestino, está encarcelado junto a republicanos irlandeses en el marco de una trampa organizada por los servicios de seguridad británicos.

La historia de los prisioneros palestinos está hecha de sufrimiento, de injusticia y de castigo colectivo: desde la brutal tortura durante los interrogatorios a la separación obligatoria de los padres y de los niños a través de un régimen de seguridad que busca quebrar los lazos sociales palestinos, pasando por la presión psicológica incesante durante la detención administrativa y el hecho de nunca saber cuándo un detenido será liberado. Los prisioneros palestinos reciben atención médica mediocre, muchas veces inexistente, e Israel mantiene incluso en prisión los cuerpos de los palestinos muertos tras los barrotes.

Pese a todo, la historia de los prisioneros palestinos es también la de la firmeza, del liderazgo y de la resistencia. Los prisioneros juegan un papel preponderante e innegable en la vida política palestina, organizándose tras los barrotes de las prisiones y transformando las mazmorras de la ocupación en escuelas de lucha revolucionaria. Los jóvenes militantes aprenden de los viejos tras los barrotes; los prisioneros organizan círculos de lectura, artistas y escritores han creado verdaderas obras de arte premiadas a nivel internacional, de las obras de arte de Zuhdi al-Adawi hasta las novelas de Walid Daqqa. Cuando las jóvenes palestinas encarceladas ven cómo se les niega un profesor para terminar sus estudios secundarios, las mujeres palestinas encarceladas (dirigidas por la militante de izquierda, feminista y parlamentaria palestina Khalida Jarrar) crean sus propios cursos. De hecho, en el ultimo año, Jarrar ha impartido más de 32 horas de cursos sobre derecho internacional y derechos humanos a sus compañeras encarceladas de todas las edades pese al hostigamiento y la represión de las carceleras israelíes.

Precisamente es ésa  resistencia y ésa organización las que han inspirado el nombre de Samidoun Palestinian Prisoner Solidarity Network (Samidoun significa “los inquebrantables”). Y nadie encarna mejor ese término que los prisioneros palestinos, sus familias, sus camaradas y el pueblo palestino en su conjunto. Fundada hace diez años, cuando era muy difícil  encontrar informaciones traducidas al inglés sobre las experiencias y las luchas actuales de los prisioneros palestinos, Samidoun cuenta hoy en día con secciones y grupos afiliados en Palestina ocupada, pero también en Canadá, en EEUU, en Alemania, en Francia, en Suecia, en el Estado español, en Holanda, en Grecia y en Brasil.
Nos inspiramos de la vida y de las luchas de los prisioneros palestinos mismos. Las actividades de Samidoun subrayan que los prisioneros políticos palestinos son líderes de la resistencia y que hacer campaña por la libertad de los prisioneros políticos es una parte integral del apoyo a la resistencia palestina. Además, los prisioneros son un símbolo unificador de liderazgo que representa una alternativa aceptada de manera mayoritaria frente a la vía de capitulación de Oslo y al mal llamado proceso de paz. Nuestras campañas se convierten también en momentos para desarrollar una solidaridad mutua y una lucha común con otros movimientos por la justicia, desde los movimientos de liberación negros hasta las luchas que se desarrollan en Filipinas, en Turquía, en Colombia, forjando alianzas fundadas en el liderazgo y la liberación de los dirigentes políticos encarcelados.

La organización de Samidoun se concentra en el militantismo de base para internacionalizar la causa de los prisioneros palestinos e intensificar la presión para su liberación, incluyendo la liberación de todos los prisioneros en toda Palestina ocupada, desde el mar hasta el Jordán, así como los prisioneros de las causa palestina en las cárceles árabes e internacionales. Nuestras actividades subrayan la unidad de la causa palestina en el interior de Palestina y entre los palestinos en el exilio y en la diáspora, y sobre la tierra palestina, desde el mar hasta el Jordán.

En los últimos años, el trabajo y el número de los miembros de Samidoun han crecido considerablemente, militantes de diversos sectores desarrollan secciones para poner en marcha las campañas, incluyendo los esfuerzos para boicotear los productos israelíes, a las instituciones culturales, académicas y sociedades cómplices del sionismo, particularmente aquellas (como HP y G4S) que se aprovechan de sus lazos con el sector de la seguridad israelí. Recientemente, en febrero de 2021, el ministro de Defensa israelí (y criminal de guerra) Benny Gantz ha calificado a Samidoun de “organización terrorista”, admitiendo abiertamente que esa designación se debía a la organización de manifestaciones y de campañas “anti-israelíes”.

Según los estudios estadísticos publicados por Addameer (addameer.org), al 1 de mayo existen 4 400 prisioneros palestinos en las cárceles israelíes; 450 están encarcelados sin ningún tipo de inculpación o juicio en virtud de la detención administrativa. Hay 160 niños encarcelados y 39 mujeres palestinas en prisión. 25 prisioneros palestinos están presos desde antes de Oslo, y 543 prisioneros palestinos están condenados a perpetuidad en las cárceles de la ocupación.

Sin embargo, las declaraciones del sionismo más que desanimarnos nos han inspirado para intensificar y extender nuestro trabajo. Después de todo, los prisioneros palestinos continúan luchando ellos mismos tras los barrotes, pese a la tortura, los abusos y todas las formas de represión. Aún más allá, las declaraciones de Gantz indican que las crecientes campañas organizadas para apoyar a los prisioneros (muchas de ellas no sólo organizadas por Samidoun, sino por numerosas otras organizaciones de Palestina y del mundo), representan un duro desafío para la ocupación israelí.

El alzamiento actual en Palestina no hace sino subrayar la necesidad de hacer campaña a favor de los prisioneros palestinos, no como un dossier aislado sino como una parte integrante de la lucha de liberación palestina. Mientras las personas con conciencia en todo el mundo apuntan cada vez más a acercamientos abolicionistas del encarcelamiento, consternados por la crisis del racismo de Estado, la brutalidad policial y del encarcelamiento de masas, los prisioneros políticos palestinos se mantienen “samidoun”, desarrollando, luchando y mostrando la vía de la libertad para todos.

Charlotte Kates, coordinadora internacional de Samidoun

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