Angel Aldana: En el cuarto aniversario de tu siembra

Angel  Aldana: En el cuarto aniversario de tu siembra
Koldo Durreit

Aupa lagun.

Ahora que se cumplen  cuatro años de tu partida  tenía la intención de escribir alguna cosa para recordar todo lo que compartimos durante los duros tiempos que nos tocaron vivir y también para celebrar haberte tenido cerca por tantas enseñanzas y ejemplos de vida que nos diste. Deseaba haberme sentado junto a la ventana desde donde el Ávila me regala cada mañana unos hermosos amaneceres y recordar lo bien que tu conocías estas montañas de haberlas recorrido tantas veces. Me hubiera gustado que este día compartieras con todos tus compañeros y compañeras una buena comida donde seguro serías el cocinero principal y unos traguitos de ese ron carupanero que a todos nos gusta y nos anima.

Pero ya ves, en este cuarto aniversario de tu siembra no tengo muchas ganas ni tampoco la fuerza de ponerme a inventar ni entremezclar palabras para hacerte un homenaje. Y prefiero hacer lo que hubiésemos hecho si aún tuviéramos la suerte de tenerte entre nosotros y nosotras. Sentarnos alrededor de una mesa y reflexionar la situación por la que atraviesan hoy Euskal Herria, Venezuela y la humanidad toda.

Hablar de la degradación acelerada que el capitalismo está sufriendo y que quiere en su lecho de muerte arrastrarnos a todos. De un liberalismo que nos vendieron como la solución, como lo únicamente posible en el final de la Historia y que ahora que el mundo sufre una pandemia como no se había conocido en un siglo y que exige más humanidad y menos egoísmo, solo demuestra su ineficacia, su inutilidad y su antagonismo con la sociedad justa con la siempre hemos soñado.

Basta mirar a Euskal Herria para comprobar que los que defienden este sistema desigual quieren imponer su tesis de colocar a la economía, entendida por supuesto como la defensa de sus privilegios, por encima de la salud pública. Al fin y al cabo los trabajadores no son para ellos sino una parte más de sus activos, fáciles de renovar y si en medio de la crisis mueren algunos o muchos siempre habrá los suficientes para seguir produciendo plusvalía que se siga concentrando en las pocas manos de siempre. Es  su lógica, nunca ha cambiado, aunque ahora quede más al descubierto por la tragedia que estamos viviendo. Y lo hacen con la complicidad y el descaro de sus voceros políticos, ese PNV que nos ha vendido durante tantos años el espejismo del Oasis Vasco donde todo era felicidad y prosperidad pero que en un momento de crisis tan aguda como este solo demuestra su incapacidad, su dependencia de Madrid y hasta su falta de humanidad cuando coloca los intereses de sus patrocinadores y socios de la patronal por encima de la salud del pueblo vasco. Un Oasis Vasco también donde queda al desnudo la falta de inversión y los recortes que el sistema de salud público ha sufrido durante sus gobiernos en los últimos años y  que está convirtiendo a nuestros sanitarios en héroes que trabajan para salvar vidas con los escasos recursos que tienen, poniendo tantas veces en riesgo su salud y la de sus familias.

Un PNV que permite y se pliega a la militarización de nuestras calles. Y que también participa de esta locura con sus efectivos tan inútiles en momentos como estos  y solo sirven para amedrentar y seguir como siempre lo han hecho amenazando a nuestras gentes con sus gestos chulescos y autoritarios. Cuando más necesita la sociedad a gente que se desvele por su salud y su bienestar, que se comprometa con el bien común,  el sistema quiere inundar nuestros cerebros con sus proclamas militaristas, como si fuera posible acabar con la pandemia a cañonazos. Pero es el síntoma de este sistema, de su decadencia.

Pero ya ves que nuestro pueblo sigue estando por suerte muy por delante de estos dirigentes. Y ante la falta de previsión, la dependencia, su mal saber dar una respuesta y sus dudas, se encerró en sus casas para evitar que el virus se siguiera propagando y supo organizar la ayuda solidaria en nuestros pueblos y ciudades para proteger y cuidar de los más vulnerables. Sobre todo a nuestros mayores, esas mujeres y esos hombres que son nuestra memoria y a quienes tanto debemos y que son quienes más sufren en esta tragedia.

Y otro tanto pasa en el mundo.  El horror del capitalismo muestra ahora toda su crudeza y recorre el planeta  que se infecta de su crueldad y su nulo respeto por la humanidad. Vemos como en EEUU la gente se enferma y muere por miles sin tener  un centro de salud donde acudir por los altos costos que suponen los tratamientos, mientras sus millonarios presionan para que la economía no se paralice, así tengan que morir cientos de miles. Cualquier escenario es bueno mientras sus cuentas sigan engordando. También en el Ecuador que tú conociste estamos viendo lo más horripilante de este injusto sistema y a ese pueblo se le deja morir en la calle pues se ha destruido el incipiente sistema sanitario que se venía construyendo. Y así en demasiadas partes del mundo, donde las élites han sido incapaces de dar respuestas efectivas a la crisis y pretenden una vez más que los costos recaigan sobre las espaldas de los de siempre, de los pueblos y de los trabajadores. Es el peor de los virus, el que también tiene contaminado a nuestros políticos del Oasis Vasco.

Menos mal que aún queda algo de dignidad entre nosotros. Vemos a tu adorada Cuba, ese pequeñito país tan atacado y asediado enviando lo mejor de sí mismo con sus médicos y medicas, con sus enfermeros y enfermeras, con toda su sabiduría en medicina a decenas de rincones del planeta donde se necesite echar una mano. Y lo hace como siempre, sin pedir nada a cambio, incluso a aquellos lugares, como Italia,  donde sus gobiernos han apoyado siempre el bloqueo que atenaza a esta isla revolucionaria y solidaria. Pero la Revolución Cubana siempre ha sabido diferenciar entre gobiernos y pueblos y ahora más que nunca demuestra su grandeza y su apuesta por la humanidad. Y los pueblos se lo agradecemos, muy por encima de la hipocresía de los dirigentes.

Aquí, en esta República Bolivariana de Venezuela, tu otra patria, la patria de Bolívar y Chávez, las cosas se han hecho mejor. Aunque la amenaza de la pandemia sea igual para todo el planeta, allá donde la prioridad es la salud pública y detenerla el objetivo primero, por encima de cálculos politiqueros o económicos la diferencia es grande. Aquí el gobierno revolucionario tomó las medidas necesarias de confinamiento a tiempo y de momento el crecimiento de la pandemia se ha ralentizado, consiguiendo que el sistema sanitario no colapse como por desgracia ocurre en tantos lugares.  Aunque te confieso que se hace difícil mantenerse encerrado en casa tantos días no nos queda de otra y lo asumimos con conciencia y disciplina porque sabemos que este es nuestro granito de arena. Y así nos sentimos más cerca de nuestros presos  y presas que llevan tantos años encerrados en las mazmorras de España y de Francia. Y nos preocupamos por ellos y ellas que viven esta situación en el peor de los escenarios, indefensos, aislados, tan lejos de casa, con todas las carencias que en la cárcel existen, en manos del enemigo y sin poder recibir una visita, un abrazo.

Bueno lagun, este será mi homenaje este año. Conversar contigo un rato en este voluntario encierro que ahora también es un lugar desde donde contribuir  a que exista un futuro, que dicen ya no puede ser como antes, que tantos paradigmas está tumbando. Pero recuerdo tu sonrisa y tu seguro pronóstico. Que nada será si nosotros no somos capaces de empujar para que sea. Y solo desde el compromiso de personas como tú llegará otra realidad que nos reivindique como humanidad y como pueblos libres.

Beti arte, Anjelin.

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