La lucha sigue

Destrucción del río Cahabón
Bernardo Caal

El Cahabón es uno de los principales ríos de Guatemala. 195 kilómetros de recorrido que nace en la Sierra de las Minas y transcurre por los departamentos de Alta Verapaz, al norte del país. Desde los primeros pobladores mayas, sus aguas han servido de sustento para decenas de comunidades indígenas que han organizado en torno a sus orillas asentamientos humanos alimentados por la agricultura y la ganadería. Cientos de años de una convivencia respetuosa con el medio ambiente que ahora se ve amenazada por la construcción de una hidroeléctrica que una de las empresas de Florentino Pérez está levantando en la zona.

Bautizado como Renace II, el proyecto está a cargo de COBRA Infraestructuras Hidráulicas, filial de ACS, el gigantesco grupo multinacional fundado y dirigido por el presidente del Real Madrid. Desde el inicio de las obras, allá por el 2014, 30 kilómetros de río han desaparecido, literalmente. El cauce se encuentra preso entre dos muros y ha dejado a 29.000 indígenas Q’eqchi sin el único recurso hídrico del que disponían para sobrevivir. En este territorio apenas el 5% de los hogares tienen suministro de agua corriente, por lo que el entubamiento del río ha condenado a muchas familias a la emigración. Desde la empresa aseguran que los pobladores tienen garantizado el acceso al caudal, pero las ONG que trabajan sobre el terreno denuncian el establecimiento de puntos de control con personal de seguridad armado donde es habitual la prohibición del paso.

El cauce se encuentra preso entre dos muros y ha dejado a 29.000 indígenas Q’eqchi sin el único recurso hídrico del que disponían para sobrevivir

Alianza por la Solidaridad y Madre Tierra son las organizaciones que llevan meses alzando la voz contra el incumplimiento de la legalidad perpetrado por la filial de Florentino Pérez. Según el Convenio 169 de la Organización Mundial del Trabajo, que tiene rango constitucional en Guatemala, las comunidades afectadas por cualquier obra civil deben ser consultadas. Ante la vulneración flagrante de sus derechos, los ciudadanos decidieron organizar por iniciativa propia una votación que arrojó resultados esclarecedores: 27.000 votos en contra de la hidroeléctrica, por tan solo 27 a favor. Papel mojado, pues la Corte Constitucional no otorgó validez legal al escrutinio y autorizó la continuación de las obras.

No es la única ilegalidad. Las organizaciones han aportado cientos de testimonios de activistas medioambientales que han sufrido agresiones, espionaje e incluso el encarcelamiento por su oposición al proyecto. El líder indígena Bernardo Caal Xol es el objetivo prioritario de la estrategia de represión adoptada por la compañía del mandatario madridista, con la complicidad de las autoridades del país. Fue detenido el 15 de octubre de 2015, acusado de perpetrar supuestos actos de sabotaje y vandalismo contra una de las empresas contratistas del proyecto. Desde noviembre de 2018 cumple una condena de prisión de 7 años y 4 meses por un caso que "muestra los mismos patrones de criminalización contra los defensores de los derechos humanos que hemos documentado durante años en el país", asegura Erika Guevara, directora regional de Amnistía Internacional. Desde 2016, un total de 226 activistas han sufrido algún tipo de agresión, amenaza o intimidación. 

Bernardo Caal Xol es el objetivo prioritario de la estrategia de represión adoptada por la compañía del mandatario madridista, con la complicidad de las autoridades del país

Las oenegés han solicitado de forma reiterada la suspensión de los trabajos de construcción hasta que no se lleve a cabo un estudio independiente sobre el impacto medioambiental, social y económico del complejo, una propuesta que hasta la fecha en la que se escriben estas líneas no ha sido aceptada por el Ejecutivo. El Gobierno aduce que la hidroeléctrica repercutirá positivamente en la economía de los pueblos colindantes, una teoría más que dudosa teniendo en cuenta que la empresa responsable está exenta del pago de cualquier impuesto.

Las comunidades indígenas insisten en que no se oponen a la planificación de nuevos proyectos que mejoren las condiciones de vida de sus habitantes. En este sentido han presentado una alternativa para la edificación de una serie de hidroeléctricas comunitarias, autogestionadas y respetuosas con la biodiversidad.

Por su parte, Bernardo Caal ha escrito una carta desde la celda donde permanece privado de libertad por más de 3 años. La misiva, que reproducimos íntegramente a continuación, fue enviada al medio de comunicación Bocado.

Soy Bernardo Caal Xol, del pueblo Maya Q’eqchi’, Guatemala, de 49 años de edad. Nací en las montañas del municipio de Cahabón, allí nací porque mis abuelos y abuelas andaban huyendo de la esclavitud que estaban siendo sometidos los indígenas en las fincas del café de los terratenientes extranjeros que habían despojado las tierras en el territorio Q’eqchi’. De la montaña al centro urbano, mis padres me trajeron para estudiar la primaria, allí empecé a hablar el castellano, estudié el nivel básico, luego me trasladé a la cabecera departamental de Cobán para estudiar para maestro. En el año 1995 volví a mi comunidad para trabajar como maestro con contrato con el Estado de Guatemala.

En el año 2015 con las comunidades empezamos a denunciar la presencia de empresas hidroeléctricas que empezaban a entubar el Río Ox-eek’ y Río Cahabón.

En el año 2016 visitamos todas las instancias del gobierno para hacer nuestras denuncias.

En el año 2017 las hidroeléctricas Oxec S.A. que funcionan dentro de la comprensión municipal de Cahabón Alta Verapaz, fueron suspendidas por los máximos órganos de justicia en Guatemala.

Al mismo tiempo iniciaba una persecución, difamación y calumnia en mi contra en distintos medios de comunicación, que ocasionaron un descrédito total en mi persona. El mismo año se me giraron dos órdenes de Captura por parte de un juez en Cobán Alta Verapaz.

El 30 de enero en 2018 me presenté a una de las audiencias judiciales, allí se me capturó, estoy encarcelado actualmente. Las hidroeléctricas Oxec S.A. a través de la empresa subcontratada Netzone, me acusan de robo agravado y detenciones ilegales. Todos los testigos en mi contra son empleados de las hidroeléctricas Oxec S.A. Tres años y tres meses llevo encarcelado. No ha finalizado el proceso porque la justicia utiliza tácticas dilatorias con la finalidad de mantenerme encarcelado.

El pueblo Q’eqchi’ sigue luchando y resistiendo por el Río Cahabón y Río Ox-eek’.

El Río Cahabón es un río sagrado para mí pueblo, el Popol Vuh. El libro sagrado de los Mayas hace constar que este río es el escenario de Hunahpú e Ixbalanqué, los gemelos de la mitología de nuestro libro.

Sobre el Río Cahabón han construido varias hidroeléctricas, desviándolo, entubándolo por varios kilómetros, 50  aproximadamente. En esos 50 kilómetros las familias Q’eqchi’s no tienen acceso al agua. La mayoría de estas hidroeléctricas fueron construidas por la empresa “COBRA” de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid de España.

Los máximos órganos de justicia en Guatemala reconocieron que no hubo consultas previas, pero ordenaron que las empresas siguieran operando sobre el río.
 
¡La lucha sigue!

Fuente
https://www.kamchatka.es
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