Una vez más, mujeres teníamos que ser...

8-de-marzo
Olga Saratxaga

A Olympe de Gouges (Marie Gouze), precursora del feminismo y de la lucha por la igualdad de derechos de las mujeres, decapitada por ello en el siglo XVIII, en plena Revolución Francesa.

El mundo se divide, sobre todo, en indign@s e indignadas, y ya sabrá cada quien de qué lado quiere o puede estar…». Esta frase es uno de los regalos que nos dejó Eduardo Galeano, a la que me he permitido hacer una modificación de género, arroba incluida.

En mi caso, sé muy bien dónde estoy y quiero estar. Soy mujer e, indefectiblemente, este es mi lado, el mismo que el de todas la mujeres junto a las que he recorrido mi pueblo (Muskiz) esta mañana.

¡Eskerrik asko a todos los hombres que nos acompañáis a diario en el camino hacia la igualdad, por entender la necesidad de corresponsabilidad en un nuevo modelo de sociedad y ser conscientes de que vosotros sois también parte de este cambio!

Sí, algunas somos indignadas permanentes frente al machismo, en contra de la estructura patriarcal vertical de organización social, instaurada y perpetuada a través de la Historia como herramienta de dominación del hombre hacia la mujer.

Algunas, muchas… millones de mujeres somos guerreras incansables en la lucha por la igualdad, tenaces y seguras del lugar que nos corresponde en el mundo.

Somos feministas, feministas radicales, además, porque el origen de la desigualdad, sea cual sea su importancia, tipo o modo en el que es ejercida, es siempre la jerarquía patriarcal de un sistema asimétrico basado en relaciones de poder y sumisión de un género en detrimento del otro.

Porque el fenómeno de la supremacía del varón extiende sus garras desde el núcleo mismo de una organización política y económica anclada en dogmas capitalistas de opresión de clases, ser feminista es también estar al lado de la justicia social, es ser militante libertaria en la lucha solidaria por la abolición de lacras como el racismo o la xenofobia.

Como feministas, reivindicamos, obviamente, la legitimidad de nuestros derechos como colectivo y vamos más allá. Defendiendo la legitimidad individual a seguir siendo única, propia e irrepetible; ser, en esencia, lo que cada una queremos ser. Iguales y diferentes, a un tiempo, construyendo juntas un mundo más justo y sostenible.

Sigamos creando espacios de convivencia donde primen las relaciones horizontales, donde no permitamos más dioses de barro y paja.

Es necesario derrocar roles de toda clase y condición, para que una verdadera conciencia de equidad guíe el proceso en marcha y permita el avance de la revolución feminista.

Mañana será otro 8 de marzo contra la cosificación, manipulación y vulneración de derechos de las mujeres. La construcción de la igualdad se trabaja minuto a minuto, en todo ámbito, espacio y aspecto de nuestra realidad.

La huelga feminista de hoy ha sido una nueva demostración de fuerza, ilusión y firmeza. Somos mujeres coraje, inventariando la utopía y la esperanza.

Eskerrik asko desde aquí a tantas y tantas mujeres que antes que nosotras lucharon y fueron asesinadas por su pensamiento feminista. Sembraron la semilla y a nosotras nos toca regarla para que otras puedan, por fin, recoger la cosecha.

Y sí, porque una vez más, mujeres teníamos que ser, gora iraultza feminista!

Fuente
https://www.naiz.eus
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