¿Egalité?
Entre los condenados a perpetuidad, la naturaleza del delito no tiene que ver con la liberación de los presos y la posibilidad de su libertad

Entre los condenados a perpetuidad, la naturaleza del delito no tiene que ver con la liberación de los presos y la posibilidad de su libertad
Pérez Rubalcaba, el cabeza visible de aquella estrategia, repitió en más de una docena de ocasiones que ETA se iba a convertir en un segundo GRAPO.
Felipe González no fue la excepción sino uno más en esa trama que dice defender los valores de la patria española.
El poder, estimulado o no, jamás es monolítico, aunque desde el exterior lo pueda parecer. Hay temas, sin embargo, que contraen y cohesionan, entre ellos el de la unidad patria.
A pesar de lo sucedido con Joseba Asensio, siete años más tarde y en la misma prisión de Herrera de la Mancha, otro preso vasco iniciaba una huelga de hambre ¡para que le atendiera un médico!
Versiones inverosímiles como esta han apaleado a nuestro país. Durante el confinamiento, han ido en aumento.
De nuevo una avanzadilla de productos audiovisuales en la línea del relato único. Aderezados con secuencias de relleno pastelero pero, en lo fundamental, calzadas con el mismo patrón de aquellos bodrios de antaño, desde “Los últimos de Filipinas”, hasta “ETA nació en un seminario”, del esperpéntico Álvaro Baeza.
La crisis sanitaria y económica provocada por la expansión de la covid-19 ha propuesto un dilema: salvar a los más débiles o, por el contrario, mantener un confinamiento relativo, aún a sabiendas que ello provocará más muertes, por la prolongación de la pandemia, pero logrará mantener activo parte del sistema económico actual. Una especie de darwinismo social, la supervivencia de los más aptos frente a la desaparición de los torpes, en este caso aquellos con su sistema inmunológico más frágil o sin una sanidad que les arrope.
Comenzó la semana con una casposa frase del general Miguel Villaroya, jefe del Estado Mayor del Ejército español, al hacer referencia a la gestión de la pandemia del covid-19: «Sin novedad en el frente». Si no sería por lo dramática de la situación, la expresión daría para sarcasmos y, en especial, para apelar a la grosería del general.
Son tiempos difíciles, imposibles de calibrar en su justa medida, y menos aún en las consecuencias que van a acarrear.