Parlamento dolarizado

Elliot Abrams
Ángel Daniel González

Patricia Poleo le dijo a Jaime Bayly: “Elliot Abrams dio unas declaraciones diciendo que se le ha dado dinero a la Asamblea para su funcionamiento. Estados Unidos lo ha dado. ¿Dónde está ese dinero? Algunos diputados recibieron dinero, otros diputados estaban resentidos porque… ‘mira, a Jaime le estás dando 500 dólares semanales, ¿por qué yo estoy recibiendo 100?’. Y ese pleito estuvo durante los últimos meses en el tapete. Y ahí comenzó el pleito”

En efecto, el tutor de Washington para el asedio a Venezuela, Elliot Abrams, afirmó, sin complejos, que el gobierno de Estados Unidos está financiando a la oposición, tanto a políticos como a medios de comunicación. Sus palabras: “El Congreso votó una buena cantidad de dinero para ayudar a la oposición democrática en Venezuela. Y pensamos en formas de usar esos fondos… Tenemos un acuerdo con el gobierno legítimo de Venezuela y podemos hacer cosas para ayudar, por ejemplo, a la prensa libre en Venezuela, para ayudar a las personas a seguir publicando y a seguir transmitiendo. Tenemos algunos fondos que usamos para la Asamblea Nacional”.

Esto ciertamente es lo que explica todo el desastre de los políticos de este país, particularmente los de la oposición. Y no es de ahorita. Su problema tiene que ver con su mayor o menor acceso a los dólares fáciles. Antes era la “renta petrolera”. Los que se beneficiaban con contratos o gestiones corruptas hacían “política tranquila”. Los que circunstancialmente se veían distanciados del chorro de dólares eran los más violentos, altisonantes y radicales. Ahora se trata del dinero de la “ayuda humanitaria” y el financiamiento extranjero. Las condiciones de esa repartición definen la estructura y el papelón que está montando la oposición actualmente.

No guardan siquiera el decoro de ocultar que son financiados por un Estado extranjero, y de paso hostil al país, y por lo tanto sus acciones evidentemente se supeditan a la voluntad de ese otro Estado. No les importa nada, solo la plata.

Por eso el vergonzoso escenario parlamentario se puede mantener indefinidamente, mientras haya dólares circulando en el Palacio Federal Legislativo. Ya nada tiene qué ver con “tumbar” a Maduro. La estrategia de EEUU es el caos político y económico sostenido, y sus operadores en Venezuela la cumplen a cabalidad.

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