El feminicidio generalmente definido como un delito cometido contra una mujer por sentimientos relacionados con el amor de pareja bajo comportamientos de dominación que es parte del sistema patriarcal y el el odio hacia las mujeres por parte de un hombre, (aun sin tener en cuenta la clase etnia/raza). Este delito tiene como característica fundamental los sujetos: una mujer comovictima y quien ejecuta la conducta feminicida un hombre.
Sin embargo, como lo hemos venido sosteniendo desde nuestro análisis, primero, no se trata de un hecho aislado, de un hombre furioso, incontrolable, que de un momento a otro decide asesinar a una mujer. Tampoco se trata de un hecho aislado, es estructural y para estos tiempos de proliferación de hombres en armas, mercenarios, ejercito de reserva del actual sistema mundial, mano de obra armada al servicio de las grandes empresas del crimen y sus economías legales e ilegales.
Ante nuestros ojos se produjo el más grande ataque sistemático contra todas las estructuras del chavismo y del pueblo no partidario, compuesto mayoritariamente por mujeres. Ante este ataque tal vez, el feminismo liberal-capitalista tendrá poco por decir, más allá de sus lugares comunes, pero desde esta trinchera de análisis podemos decir algunas cosas.
Primero el terror, el miedo por parte de un sujeto colectivo: delincuencia organizada y
trasnacional, no fue espontaneo y se produce porque en tiempos de capitalismo caníbal, los
lugares y posiciones de las mujeres en otrora protegidos como la maternidad, las mujeres
cuidadoras y lideresas, se trasgreden esos límites simbólicos, los rompieron abiertamente en la sociedad venezolana principalmente matrilineal, en los hechos vividos por muchas mujeres que estuvieron bajo acecho y zozobra en diferentes momentos y lugares del país.
Segundo estos sujetos tienen identificados el lugar del poder del chavismo territorial en cuanto su gran aporte para frenar el caos y la hambruna generalizada que debíamos pasar desde 2017. Por tanto, su objetivo está dirigido a mujeres que representan un proyecto, una idea y materializan la política social en cada barrio, en cada calle.
Estas mujeres no son todas las mujeres, son mujeres políticas, del pueblo y clase trabajadora, no es la elite de derechos humanos blanqueada y profundamente colonialista. Son mujeres populares poderosas, que no necesitan a USAID, o cualquier agencia humanitaria para ser rescatadas, porque a ellas se les dio y tienen poder, lo asumen y cumplen con la tarea encomendada, el cuidado colectivo de una comunidad.
El feminicidio político a manos de un sujeto colectivo como la delincuencia organizada y
trasnacional cobra un lugar nuevo para la sociedad y el pueblo de Venezuela, porque se ataca un liderazgo colectivo a un proyecto, no solo el cuerpo de una mujer individualmente hablando, sino un corpus colectivo, un corpus político encabezado y visiblemente asumido por mujeres del pueblo y de la clase trabajadora popular. Estos hechos nos tienen que llevar a reflexionar sobre aspectos tan importantes como las guerras contrapuestas y simultaneas impuestas a goteo, pero que vimos y sentimos su primer chorro en esta semana.
Nos apretaron tres días, pero la fortaleza, la historia heroica, el amor sembrado y la convicción de que estamos del lado del proyecto que protege la vida en todas sus formas, que ama los pueblos y su emancipación, con el antecedente que ya vivimos la magia del amor al pueblo hecho materialidad con el estado bienestar, tenemos un legado que defender y un proyecto cada vez mas profundo para un futuro esperanzador.
Honor y gloria a nuestras compañeras, el mejor legado seguir juntas, creando juntas, protegiendo la vida con firmeza en este camino bonito que es la vida colectiva, la defensa de lo común y la lucha permanente por ser MAS y mejores.
* Colectivo Hermanadas