Un nuevo orden global emergente (1/5)

Nuevo orden global
Colombia Informa

La crisis mundial, en sus diversos órdenes, se profundiza. Esta civilización, dependiente de los combustibles fósiles, va llegando a su límite, por lo que debe transitar hacia otras formas de producción y consumo sobre una matriz diferente a la trazada por el modelo capitalista de crecimiento a escala ascendente, en tanto que la supervivencia y cuidado de la vida está en juego.

Los poderes globales insisten en sostener un modelo devastador y el impacto lo sentirán los pueblos: migraciones, hambre, alto costo de la vida, entre otros hechos que exigen, desde los múltiples abajos, movilizarse y aunar fuerzas para mover las esenciales transformaciones que los Estados no desean realizar.

 En los actuales momentos, el futuro del planeta depende del conflicto militar que se desarrolla entre las potencias occidentales, dominadas por Estados Unidos (EEUU) contra Rusia. Puede considerarse la escalada bélica más importante de toda la historia humana, si tomamos en cuenta los recursos tecnológicos dispuestos y su alcance destructivo.

Rusia frena en su antiguo territorio al Occidente atlantista

El 30 de septiembre de 2022, durante la ceremonia para la firma de los tratados sobre la adhesión de la República Popular de Donetsk, la República Popular de Lugansk, la Región de Zaporozhye y la Región de Jersón a la Federación Rusa, tras celebrarse los respectivos referéndums, el presidente Vladimir Putin pronunció claramente “hacemos un llamado al régimen de Kiev para que cese inmediatamente el fuego y todas las hostilidades; poner fin a la guerra que desató allá por 2014 y volver a la mesa de negociaciones” (RT, 2022). De esta manera, nuevamente, el mandatario ruso mostró la disposición de retomar lo esencialmente necesario para encausar la situación hacia un acuerdo justo, para poner fin al escalamiento del conflicto.  

En su mensaje emitido desde el Salón San Jorge del Gran Palacio del Kremlin el mandatario expresó el papel de Occidente en la actual crisis civilizatoria, subrayó: “está dispuesto a cruzar cada línea para preservar el sistema neocolonial que le permite vivir del mundo, saquearlo gracias al dominio del dólar y la tecnología, cobrar un tributo real de la humanidad, extraer su fuente primaria de prosperidad inmerecida, la renta pagada a la hegemonía. La preservación de esta renta vitalicia es su principal, real y absolutamente interesada motivación” (RT, 2022).

La Asamblea General de las Naciones Unidas condenó las consultas –como se esperaba- y exigió a Rusia retirar sus tropas de esas áreas (ONU, 2022). En la jornada, Vasili Nebenzia, el representante permanente de Rusia ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) señaló que las consultas populares “muestran que la gran mayoría de los que votaron apoyaron la idea de que estas regiones se conviertan en parte de su país” (ONU, 2022). El diplomático calificó a la resolución del organismo multilateral como un documento politizado y abiertamente provocativo.

Para la tercera semana de octubre las fuerzas militares ucranianas, fortalecidas por la OTAN, continuaban hostigando a las poblaciones civiles pro-rusas, pero con pérdidas significativas por el fuego de artillería del ejército ruso. Por tal razón el presidente Vladímir Putin, anunció la introducción de la ley marcial en las provincias de Zaporozhye y Jersón, y las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, lo que confirió a sus autoridades nuevos poderes para garantizar la seguridad de los territorios.

Por estos días una Comisión Internacional Independiente de Investigación sobre las Violaciones de los Derechos Humanos en Ucrania, creada según la resolución de la ONU contra Rusia adoptada en marzo (ONU, 2022), publicó su primer informe. Para Moscú, esta Comisión de Derechos Humanos es considerado un ente de propaganda y un instrumento para ejercer presión sobre el país.

La portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova, al abordar el tema ante los medios, denominó el comportamiento de la Comisión como “sintomático”, al no tener en cuenta los crímenes cometidos por las fuerzas armadas ucranianas y sus batallones de mercenarios contra la población civil. Para el 20 de octubre, la operación militar especial rusa en Ucrania presentaba un total de 486 aeronaves derribadas, 874 lanzacohetes blindados destruidos, cerca de 2 300 drones caídos, más de 3 500 cañones de artillería neutralizados, más de 5 900 tanques y, al menos, 6 670 vehículos blindados destruidos (Riafan, 2022)

Con el devenir del conflicto, es más que notorio que la operación militar de Rusia en su frontera con Ucrania es la respuesta de un Estado soberano a una guerra planificada e incitada por EEUU y sus aliados, ante el colapso del orden económico y militar del occidente colectivo. La retórica de Washington y la Alianza con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) evidencian la preocupación por el fortalecimiento de China y Rusia y, hasta cierto punto, la capacidad mostrada por Alemania, que le permitió sobresalir como la potencia —económica y tecnológica— europea, al menos durante las dos últimas décadas.

Este vector productivo desde Eurasia (eje Beijing-Moscú-Berlín) mostró, en el pasado reciente, que Alemania tendría la capacidad de industrialización y de cooperación con las potencias orientales, para garantizar el fortalecimiento del bloque europeo dentro de un equilibrio multipolar ante la amenaza de un sistema de gobierno global único que busca exigir todos los recursos finitos del planeta Tierra para sí. Es decir, alejarse de la dependencia de los EEUU.

El indicio de la desindustrialización europea

Es preciso preguntarse si las empresas alemanas decidirán adherirse a la creciente dinámica de la economía euroasiática que, siendo mucho más robusta que la estadounidense, podría garantizar al resto de Europa más aperturas del comercio y la inversión, lejos del control de Washington. Cualquier acercamiento entre Rusia y Alemania supone una amenaza existencial para la hegemonía unipolar. Cada acción denota el verdadero objetivo: colapsar la economía europea, apuntando a cortar el suministro de energía rusa.

Las autoridades alemanas del sector gasífero anunciaron, durante los primeros días de octubre, las dificultades para sostener los altos niveles de consumos doméstico. Klaus Müller, presidente de la Agencia Federal de Redes, dijo mediante un comunicado

Sin ahorros significativos también en el sector privado, será difícil evitar una escasez de gas en invierno (…) en vista de las instalaciones de almacenamiento bien llenas, podemos pasar el invierno bajo tres condiciones: en primer lugar, deben implementarse los proyectos que se han iniciado para aumentar las importaciones de gas. En segundo lugar, el suministro de gas en nuestros países vecinos también debe permanecer estable y, en tercer lugar, hay que ahorrar gasolina, aunque hacia el invierno haga aún más frío. Dependerá de cada uno» (Bundesnetzagentur, 2022).

Es un escenario complejo: cada día más áreas vitales, como los centros hospitalarios, se ven afectadas. En una publicación del 16 de octubre de 2022, el ministro de Sanidad alemán advierte del posible cierre de algunos centros debido al aumento de los precios de la energía y la inflación (Spiegel, 2022). Para ir más a fondo, desde su construcción, el sistema de tuberías del Nord Stream 1 y 2 representa una amenaza significativa para los intereses estadounidenses, una barrera dentro de sus planes de consolidar las empresas norteamericanas del gas natural licuado en el mercado global.

El viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, consideró que el atentado terrorista contra las tuberías “hundieron a Europa en una pobreza energética (…) prácticamente anuló la seguridad energética que la Unión Europea (en adelante UE) ha buscado durante mucho tiempo” (RT, 2022). Este sabotaje al sistema de suministro energético que cubría el 40 % de las necesidades de gas del bloque europeo, según los especialistas rusos, es restaurable y, de hecho, una de ellas permanece intacta y operativa. Quizá lo significativo es el deterioro de las relaciones —entre EEUU y Alemania— al exponerse los relatos de las partes, además de los análisis especializados tras el evento.

En este contexto, es importante destacar que —a pesar de los hechos ocurridos hasta la fecha— Alemania mantiene sanciones contra Rusia pero, ante la llegada del invierno, nada se da por definido. El investigador y consultor geopolítico Lucas Leiroz, hace ver otra de las consecuencias de las políticas anti rusas: el extremismo. En un artículo de mediados de octubre reflexionó que

los funcionarios alemanes se niegan a comprender la realidad evidente de que la solución al problema europeo no pasa por cambios institucionales o una planificación a largo plazo, sino por una acción incisiva en política exterior (…) dejar de adherirse a las sanciones suicidas y reanudar de inmediato la diplomacia pragmática con Rusia (Infobrics, 2022).

De acuerdo con lo anterior y, según los datos analizados por la agencia rusa Sputnik, un total de 13 países de la UE aumentaron las importaciones de bienes procedentes de Rusia en junio, y entre estos destacan: “Alemania fue el mayor importador en términos monetarios en junio, con 3 mil 500 millones de euros en bienes rusos, seguida de Italia (2 mil 600 millones de euros) y Holanda (1 mil 700 millones de euros)” (Sputniknews, 2022)

De manera preliminar, esto no significa que la situación sea favorable. Las corporaciones alemanas se han visto obligadas a reducir la producción y trasladar las inversiones a EEUU para reducir los costos, y entre ellas se cuentan las gigantes Lufthansa, Siemens, Volkswagen, Mercedes-Benz y BMW (Xinhua, 2022).

Según el informe de octubre de la agencia china Xinhua, la alerta está en que “Europa corre el riesgo de desindustrializarse” (Xinhua, 2022). Esta es —quizás— la jugada privilegiada por la administración de Biden-Harris para reacomodar sus piezas en la dinámica escena global y buscar favorecer su golpeada economía.

En la actualidad cambiante, lo evidente es que las alianzas en Occidente necesitan de una estabilidad interna urgente para lograr, al menos, presionar a Rusia y China. Con la dimisión de la Primera Ministra británica, Liz Truss, 45 días luego de asumir el cargo dejado por Boris Johnson, y las protestas crecientes en toda Europa contra la intervención en Ucrania y el desvío de fondos para sostener la guerra, la crisis política luce más adversa de lo calculado, en medio del advenimiento de una profunda recesión económica.

Nuevo paradigma de modernización de China frente a las economías occidentales

Por su parte, China es el país industrial más grande del mundo y se muestra como una de las opciones a considerar por las empresas europeas. El Ministerio de Comercio del gigante asiático resalta que muchas de las principales empresas de talla mundial ven a China como un importante destino de inversión extranjera directa que “se expandió un 20,2 por ciento interanual a 138.410 millones de dólares estadounidenses en los primeros ocho meses del año” (Xinhua, 2022). Para el cierre de 2021 la importante industria química alemana BASF “tenía 31 sitios de producción con más de 11,000 empleados” (Xinhua, 2022).

Este aspecto se ha visto incluido en el discurso del presidente Xi Jinping durante el XX Congreso del Partido Comunista de China. El mandatario aseguró que el país se posiciona en contra del unilateralismo y las prácticas abusivas, promoviendo el «establecimiento de una comunidad con un destino común para la humanidad» y la defensa de «la equidad y la justicia en los acuerdos internacionales».

El informe presentado por Xi Jinping tiene como uno de los puntos claves del camino chino ” (…) es la modernización de una gran población, de prosperidad común para todos, de avance material y cultural-ético, de armonía entre la humanidad y la naturaleza y de desarrollo pacífico (…) que ofrece a la humanidad una nueva opción» (Global Times, 2022).

Distante de los intereses de los Estados Unidos, China “busca proporcionar un nuevo paradigma de modernización en una era globalizada, que erradica dos subproductos viciosos asociados a las formas occidentales de modernización: la hegemonía y la colonización” (Global Times, 2022). Por lo tanto, a partir de los nuevos escenarios de orden mundial, ciertos sectores de la economía, especialmente aquellos vinculadas al campo tecnológico, podrían optar a una relación pragmática con Beijing.

La asociación estratégica entre China y Rusia “no tiene tiempo que perder con los juegos hegemónicos globales” según el periodista y analista geopolítico Pepe Escobar, quien asegura que “lo que les impulsa es que más pronto que tarde gobernarán el Heartland -la isla del mundo- y más allá, con aliados desde el Rimland, y desde África hasta América Latina, todos participando en una nueva forma de globalización” (Escobar, 2022b).

En un explicativo análisis sobre el complejo proceso de integración de Eurasia, el mismo autor destaca la importancia de la asociación estratégica entre Rusia e Irán, que ocupó un lugar destacado en la Sexta Conferencia sobre Interacción y Medidas de Fomento de la Confianza en Asia (CICA), especialmente después de que Irán fuera bienvenido a la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) como miembro de pleno derecho. Como foro multinacional “ya ha establecido una asociación con la Unión Económica de Eurasia (EAEU). Así que, en la práctica, pronto trabajará codo con codo con la OCS, la EAEU y ciertamente BRICS +” (Escobar, 2022a)

En este marco de un nuevo centro de confrontación geopolítico, sobresalen en el ámbito geoeconómico —alternativo— una lógica que se distanciada del orden unipolar occidental. El bloque de los países BRICS estudian la adopción de una moneda común, que dinamizaría —según expertos— el intercambio de moneda entre los miembros. La relación entre Rusia, China e India, resalta en su interacción en varias plataformas multilaterales, incluidos el BRICS, la OCS y el G-20, que marcan un derrotero que no se debe perder de vista. Evidentemente, las sanciones de Occidente contra Rusia han producido un acercamiento estratégico entre Moscú y Beijing, donde las transacciones en monedas locales están en máximos históricos.

Por su parte, India defiende su derecho a comprar petróleo ruso y a mantener unas relaciones con vitalidad. Como detalla el informe de Tatiana Bokova, pasante del Comité Nacional Ruso de Investigación BRICS “como socios estratégicos, han desarrollado su asociación en casi todas las áreas de las relaciones bilaterales” (Bokova, 2022).

El documento resalta la importancia de la reunión anual entre “dos comisiones intergubernamentales, una sobre cooperación comercial, económica, científica, tecnológica y cultural (IRIGC-TEC) y otra sobre cooperación técnico-militar (IRIGC-MTC)” (Bokova, 2022), lo que deja claro el interés por el desarrollo de alta tecnología en ambos países.

La OPEP+ y el BRICS+

La decisión de la OPEP+ en octubre de 2022 de reducir la producción de petróleo en 2 millones de barriles por día, provocó una sacudida en los Estados Unidos, por lo que el presidente Joe Biden ordenó liberar millones de barriles de la Reserva Estratégica de Petróleo, extendiendo la liberación previamente anunciada hasta el mes de diciembre. Ante tal decisión, el mandatario estadounidense señaló a “la invasión de Ucrania por parte de Putin” (The White House, 2022) como la culpable del aumento en el precio del combustible y el gas en el país. Una retórica recurrente de los demócratas en la estrategia de campaña para las elecciones de medio término: los agresores presentándose como víctimas.

Por la medida adoptada, se espera una reacción de EEUU contra los países de la OPEP+ (en la que está incluida Rusia), particularmente Arabia Saudita, por lo que el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de EEUU solicitó congelar la cooperación con los saudíes, incluida la venta de armas (Menendez Senate, 2022).

Por su parte, un comité del Senado estadounidense aprobó en mayo la propuesta de ley NOPEC, que permite presentar demandas antimonopolio contra los miembros de la OPEP+ en los tribunales estadounidenses, lo que además hace probable que Arabia Saudita y otros países del Golfo Pérsico respondan ante la medida.

A pesar de que EEUU es un aliado tradicional, algunas de las potencias regionales como Arabia Saudita están construyendo otras asociaciones estratégicas. El príncipe heredero, Mohammed Bin Salman, ya expresó su deseo de incorporar al reino como miembro de pleno derecho de los BRICS, lo que podría llevarse a cabo en el 2023. Arabia Saudita es el segundo mayor proveedor de petróleo de China —después de Rusia—, mientras que China es el principal socio comercial y exportador al mercado saudí, con un volumen comercial estimado en 2020 en más de $ 30 mil millones.

Para el reino saudí esas relaciones —con ambos países— son de elevada importancia estratégica en su visión para el futuro. El príncipe Bin Salman ha presentado un proyecto de una mega ciudad-estado planificada en el desierto denominada Visión 2030 (Visión 2030, 2022). No esconde su determinación de convertirse en una potencia de inversión global, considerando toda la riqueza comprimida en su subsuelo, donde se encuentran oro, fosfato, uranio y muchos otros minerales valiosos.

En el formato actual, los BRICS comprenden el 41 por ciento de la población mundial, el 24 por ciento del PIB mundial y más del 16 por ciento de participación en el comercio mundial (Brics2021, 2019).

Con la incorporación de Arabia Saudita, se estimaría que la producción de petróleo entre los miembros se elevaría a 35 por ciento aproximadamente, entendiendo que entre Rusia, China y Brasil alcanzan un promedio de 22 por ciento. Un dato aún más relevante es la posible incorporación de Irán (Kannedy, 2022), que presentó la solicitud a la alianza de mercados emergentes en junio de 2022. Argentina también ha solicitado su incorporación.

Vale recordar la alineación de países como Libia, Venezuela, México, los Emiratos Árabes Unidos, Nigeria, Angola y el Congo, que ejercen influencia en la cuota de producción mundial de hidrocarburos, y que buscan liberarse de la influencia de EEUU. Sin lugar a dudas, los BRICS+ darán una virada al sistema económico mundial basado en el monopolio del dólar como principal moneda de reserva, y permitirán un sistema alternativo de pagos y posteriormente una nueva moneda mundial.

Biden-Harris y la Estrategia de Seguridad Nacional

Es bien sabido el método preferido por Occidente para controlar a los países a través de gobiernos manipulables, aunque sea temporalmente, afines a su programa de dominación.

En esta línea, el gobierno de Joseph Biden reafirmó el hegemonismo unipolar estadounidense en un documento titulado “Estrategia de Seguridad Nacional” (The White House, 2022) presentado en octubre de 2022, en el que establece que la necesidad de liderazgo de Estados Unidos en el mundo es hoy mayor que nunca.

El documento, que se reitera desde una visión de un mundo unipolar, hace énfasis en la importancia de su apoyo en la cooperación mundial. De allí la importancia que trae la reciente alianza entre OTAN – AUKUS (Australia, Reino Unido y Estados Unidos) en el Pacífico, como uno de los acontecimientos geopolíticos más importantes de los últimos tiempos. Al dejar a un lado a potencias como Francia e Italia, se refuerza la idea del debilitamiento de Europa, promovido desde Washington.

El texto presentado por Biden también pretende hacer ver a China y Rusia como autocracias basadas en la represión, por lo que el papel de EEUU es impedirlo:

«En la contienda por el futuro de nuestro mundo, mi administración tiene claro el alcance, la amplitud y la gravedad de este desafío. La República Popular China alberga la intención y, cada vez más, la capacidad de reconfigurar el orden internacional a favor de uno que incline el campo de juego mundial en su beneficio, aunque Estados Unidos siga comprometido con la competencia entre nuestros países de forma responsable. La guerra brutal y no provocada de Rusia contra su vecina Ucrania ha destrozado la paz en Europa y ha afectado a la estabilidad en todo el mundo, y sus amenazas nucleares temerarias ponen en peligro el régimen mundial de no proliferación. Los autócratas trabajan horas extras para socavar la democracia y exportar un modelo de gobierno marcado por la represión en el interior y la coerción en el exterior” (The White House, 2022).

La administración Biden insiste en hacer creer al mundo que EEUU es el modelo de democracia a seguir, mientras que a Rusia y China se les debe «convencer» de que sigan el camino «correcto».

El actual gobierno estadounidense también deja claro que no está experimentando un declive; por el contrario, se describe como un país en vertiginoso crecimiento económico, dinámico, vigoroso y joven. Sin embargo, ante la imposibilidad de desplazar al gran bloque que apuesta a la multipolaridad promueve una agenda climática afín a sus intereses:

«Hemos experimentado una crisis energética mundial impulsada por la militarización de Rusia de los suministros de petróleo y gas que controla, y agravada por la gestión de la OPEP de su propio suministro. Esta circunstancia subraya la necesidad de una transición energética mundial acelerada, justa y global. Por eso (…) nos centramos en la aplicación de la legislación climática más importante de la historia de nuestro país, para llevar tecnologías energéticas innovadoras lo antes posible» (The White House, 2022).

En cuanto a la América Latina —designados en el texto como “las Américas” o el hemisferio occidental— es una prioridad en la «Seguridad Nacional» de los EEUU, por lo tanto, se ubica dentro de su ámbito territorial natural señalando que:

La Alianza de las Américas para la Prosperidad Económica guiará el compromiso económico regional de crecimiento (…) centrándose en la revitalización de la economía regional, instituciones económicas regionales, asegurando las cadenas de suministro, creando puestos de trabajo con energías limpias y promoviendo la des-carbonización” (The White House, 2022).

Así la Amazonía es vista dentro de la Agenda 2030 “para alcanzar el objetivo colectivo de un 70% de capacidad instalada para la generación de energía renovable en el sector eléctrico de la región” (The White House, 2022); esto, en consonancia con las declaraciones del comandante estadounidense del Comando Sur, que afirmó que dicha región forma parte de la estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos.

Ante tal aseveración, es relevante un dato que aporta Claudia Sobrevila —destacada conservacionista de talla internacional— en uno de sus textos: “más del 80 por ciento de la biodiversidad que aún queda en el nuestro planeta está a cargo de los pueblos indígenas, quienes protegen el agua, el aire, la tierra, las comunidades y el clima” (Sobrevila, 2018).

Colombia: socio número 1 para la seguridad regional de EEUU

La primera semana de septiembre, la General del Ejército de los EEUU, Laura Richardson, comandante del Comando Sur, visitó Colombia y se reunió con el presidente de la República, Gustavo Petro, la vicepresidenta Francia Márquez y el Ministro de Defensa, Iván Velázquez. También sostuvo importantes reuniones con militares de alto rango con quienes discutió la seguridad regional y los acuerdos existentes entre Estados Unidos y Colombia (Southcom, 2022).

Apenas unas semanas después de la asunción de Petro como presidente, llega esta visita de la jefa del Comando Sur a dejar explícita la agenda de la Casa Blanca hacia la región. La prontitud del encuentro radica —posiblemente— en el discurso del propio gobernante quien, en campaña y tras la victoria electoral, se refirió a dar un giro al tipo de relación entre ambos países.

La visita de Richardson estuvo revestida de mucha institucionalidad, con el recorrido a la Escuela Superior de Guerra Rafael Reyes Prieto donde insistió a los estudiantes la importancia de la cooperación civil-militar y les recordó las palabras del presidente Biden: “Colombia es el «eje» de todo el hemisferio sur y un socio esencial» (Southcom, 2022). También visitó las instalaciones de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega del Ejército en la Amazonía colombiana, la región selvática que cubre el 40 por ciento del territorio nacional.

Posiblemente, lo más llamativo durante esos días fue la propuesta del mandatario colombiano para crear una Fuerza Militar que se concentre en la protección de la selva amazónica y en combatir la deforestación (Petro, 2022). Con la excusa de supervisar operaciones contra el narcotráfico en América Latina, y ahora con un perfil más ambientalista y humanitario, el Comando Sur pareciera ir ocupando militarmente el territorio más biodiverso del planeta en consonancia con la agenda “verde”, pero en el fondo y forzado por los acontecimientos mundiales, hay una readaptación altamente estratégica, al haber entrado el orden occidental moderno en la fase de deterioro.

También, esta decisión del gobierno colombiano, por demás apresurada, se entendería como la continuidad de la Operación Artemisa, catalogada por la población rural como “una operación —militar— que se hace contra el campesinado (…) reproduce antiguos patrones de violencia en su contra, bajo un ropaje verde” (Bautista, 2022). En mayo de 2022, Estados Unidos designó a Colombia como un importante aliado no perteneciente a la OTAN. Por lo tanto, el país es una plataforma ideal para maximizar las posibilidades de nuevos ciclos de colonización en la región, sobre todo cuando la economía global va definiendo sus nuevos horizontes hacia tierras fértiles en el Sur.

El líder del Partido de los Trabajadores de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, durante su campaña por la presidencia en 2022, apuntó sobre la necesidad de una gobernanza global para abordar temas como la conservación del Amazonia, una de las áreas más importantes del planeta para regular el calentamiento global, por su capacidad de almacenar dióxido de carbono. Sin embargo, existe una discusión internacional amplia sobre la “soberanía” del principal pulmón de la Madre Tierra, impactado por el modelo capitalista hasta un punto de inflexión crítico.

Algunos líderes progresistas latinoamericanos se alinean al planteamiento ambientalista de Joe Biden sobre la “transición ecológica”. La administración demócrata sostiene un enfoque clave para el Norte Global sobre el apoyo a los países del hemisferio, dentro del paradigma de la Estrategia de Seguridad Nacional.

Así, lejos de las urgencias de los pueblos originarios y de la Pachamama, las agendas sobre la crisis ambiental y el cambio climático durante “las dos primeras décadas del siglo XXI solo mostraron la continuación y profundización de una mirada de securitización ambiental por parte de Estados Unidos, que se había iniciado tempranamente de la mano de la Guerra Fría” (Estenssoro y Vásquez, 2022). Se requiere una perspectiva cósmica del origen y funcionamiento de la Madre Tierra, para lograr una perspectiva sistémica y entender las complicaciones derivadas del capitalismo global. Al respecto,

No pocos teóricos políticos de la globalización han argumentado sobre la impostergable necesidad de superar el modelo westfaliano de soberanía, en la medida que habría quedado obsoleto frente a la necesidad de solucionar los nuevos problemas globales, tales como la crisis ambiental (Estenssoro y Vásquez, 2022).

En una publicación de junio de 2022, el teólogo y filósofo brasileño Leonardo Boff (2022) dilucida que la “La pandemia ha mostrado la urgencia de una gobernanza global”, por lo tanto, considera que la Amazonía como Bien Común de la Tierra debe ser administrada por un cuerpo multipolar.

Entre los datos que aporta Boff resalta su extensión de 8.129.057 Km2 (integrados por nueve países), “con 37.731.569 de habitantes, de los cuales 2,8 millones son indígenas de 390 pueblos distintos que hablan 240 idiomas de la rica matriz de 49 ramas lingüísticas, un fenómeno inigualable en la historia de la lingüística mundial” (Boff, 2022)

En este escenario, la gira del Secretario de Estado de EEUU, Anthony Blinken, llevada a cabo durante octubre de 2022 por varios países latinoamericanos, es un indicativo de la carta bajo la manga. Al ser Colombia, Chile y Perú países donde partidos de izquierda o plataformas progresistas ganaron las últimas elecciones, establece una agenda para el fortalecimiento de la gobernabilidad democrática, la protección del medio ambiente y el control de la crisis migratoria.

Ante la presión del escenario global, los EEUU aseguran sectores productivos y reservas estratégicas en el Cono Sur para las empresas estadounidenses, ante la influencia y cercanía de Rusia y China en la región. El intento de organizar, durante la 52° Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA), una resolución contra Rusia —adoptada con 24 votos a favor y solo 9 en contra— donde fue rechazada por los principales actores como Argentina, Brasil y México, así como los socios de Rusia como Nicaragua, El Salvador, Bolivia y Honduras. Más Dominica, San Vicente y las Granadinas. Venezuela y Cuba no votaron porque su membresía en la OEA está formalmente suspendida.

El analista Paul Craig Robert enfatiza la inexistencia de la civilización occidental. Es un buen punto de vista, tomando en cuenta que

Una civilización se define por sus valores, como la libertad de expresión, y cuando esos valores ya no se respetan, la civilización deja de existir (…) Piensa en lo que el gobierno de Estados Unidos le ha hecho a Julian Assange. Su encarcelamiento de una década en ausencia de cargos, juicio y condena viola todos los principios legales que comprenden nuestras protecciones constitucionales contra el trato arbitrario e injusto por parte del gobierno (Craig Roberts, 2022).

En su texto The Rule of Power (La regla del Poder) alerta que la política del gobierno de los EEUU busca apoderarse de la propiedad de su adversario, y concluye que

 El gobierno de Estados Unidos se apoderó del oro de Venezuela porque desaprobaba la política venezolana. El gobierno de EE. UU. se apoderó de las reservas del banco central de Rusia cuando Rusia intervino en Ucrania para proteger a la población rusa del antiguo territorio ruso (…) El imperio del poder es a lo que se enfrentan Putin, Xi, Maduro y los pueblos americanos y europeos, y parecen muy lentos en darse cuenta (Craig Roberts, 2022).

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* Entrega 1/5 parte del texto: Un sistema que se hunde es sus profundas contradicciones. Un nuevo orden Global emergente – El texto completo y en acceso abierto, lo encontrará en el Volumen 14N2 de la Revista Kavilando:https://www.kavilando.org/revista/index.php/kavilando/issue/archive

**Autores:

Alfonso Insuasty Rodríguez Docente investigador Universidad de San Buenaventura Medellín. Orcid: 0000-0003-2880-1371 Contacto: alfonso.insuasty@gmail.com

Eulalia Borja, Investigadora Grupo Kavilando. Orcid: 0000-0002-5513-4896 contacto: eulalia.borjab@gmail.com

Yani Vallejo Duque, Abogado, defensor Público, investigador Grupo Kavilando. Orcid: 0000.0003.0225.5528 Contacto: yaniw6@gmail.com

Daniel Ruiz Bracamonte Periodista, investigador Grupo Kavilando. Orcid: 0000.0002.7822.5117 Contacto: druizbracamonte@gmail.com

Luis Alfredo Burbano Narváez, Ingeniero Forestal. Maestrando en Desarrollo Territorial América Latina y el Caribe, Unesp-Vía Campesina. Investigador CedINS. Orcid: 0000-0001-9662-2872 Contacto: albur@redcolombia.org

Santiago Salinas Miranda, Abogado Universidad de Antioquia, Magister en investigación criminal, Investigador CedINS. Orcid: 0000-0002-1886-0215 Contacto: S.salinasmiranda@gmail.com

Brenda Milena Perdomo Rodríguez, Centro de Investigación y Análisis de Medios (CIAM). Investigadora. Orcid: ORCID: 0000-0001-8390-2023

contacto: nita.mile9090@gmail.com / brenda.perdomo@udea.edu.co

David Felipe Céspedes Rodríguez Centro de Investigación y Análisis de Medios (CIAM), Investigador ORCID: 0000-0001-5880-4990 Contacto: dfelipecr@gmail.com / dafcespedesro@unal.edu.co

**Arte digital: Elizabeth Peláez Zapata

Fuente
https://www.colombiainforma.info/
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